Si nos hubieran dicho hace unos meses que las mascarilla pasarían a formar parte de nuestra vestimenta y rutina diaria, muy probablemente no lo hubiéramos creído. El coronavirus, sin duda, ha moldeado y cambiado gran parte de nuestra vida con medidas adicionales de prevención, seguridad e higiene que, al parecer, han venido para quedarse.

Precisamente, con respecto a las mascarillas se incluyen nuevas reglas para su uso en la calle, comercios o bares. A continuación ofrecemos una breve guía como protocolo.

Pasos a seguir

Antes de colocárnosla, ahora que ya estamos en la época estival, deberemos aplicarnos una buena crema con protección solar para protegernos la piel, ya que esa no es la función de la mascarilla.

Seguidamente, nos lavaremos bien las manos -un mínimo de 40 segundos- con agua y jabón.

Será el momento de colocarnos una mascarilla nueva y ajustarla sobre nuestra cara. A partir de ahí, si salimos de casa, debemos llevarla siempre puesta y sin tocarla.

¿Y si tenemos que moverla o quitarla? La sujetaremos por las gomitas. En el caso de que vayamos a beber o a comer, la retiraremos de una oreja mientras la mantenemos colgada por un único lado.

Importante: seguiremos usando el gel hidroalcohólico si estamos fuera para intentar mantenernos lo más asépticos posible.

Guadarla y tirarla

En el caso de que queramos guardar nuestra mascarilla, la introduciremos en un sobre o bolsa de papel, aunque también se está utilizando mucho un sobre de tela o la funda de las gafas.

Según los expertos, se desaconseja guardar la mascarilla por el COVID-19 en una bolsa de plástico pues, la humedad que se genera dentro de este material, favorece la proliferación de otros patógenos.

Por otra parte, el modo en el que podamos desechar la mascarilla también es muy importante. No se debe tirar en cualquier lugar. ¿Cómo podemos hacerlo entonces? Mejor esperar a llegar a casa, introducirla en algo plástico bien cerrado y echarlo en la basura que, recordemos, mejor que sea de pedal para no utilizar las manos.

Qué no debemos hacer

Ponerse la mascarilla de manera inadecuada puede dar lugar a un posible contagio. Por eso, esta debe cubrir la nariz y la boca en su totalidad y no se debe subir a la cabeza o ponerla en nuestra barbilla.

La Sociedad Española de Microbiología insiste en que, para que el uso del tapabocas sea eficaz y evitar la infección, una vez que salgamos a la calle, debemos usarla en todo momento sin tocarla. Es incorrecto ponerla en la muñeca, colgarla de las gafas o utilizarla como un brazalete.

Y, por supuesto, lo que jamás deberemos hacer es dejarla en la mesa, el mostrador de un restaurante o un comercio. Además, si no nos la quitamos, evitaremos también abandonarla en algún lugar o meterla en los bolsillo. Tampoco debería guardarse en el bolso o sacudirla.