Resuelven el asesinato de Elisa Abruñedo 10 años después investigando líneas familiares durante 500 años
La Guardia Civil ha estado una década investigando un crimen que tuvo lugar en Galicia y cuyo sospechoso ha sido detenido ahora después de investigar archivos desde el Concilio de Trento.
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Una década después del asesinato de Elisa Abruñedo la Guardia Civil está a punto de resolver un caso que habría supuesto todo un misterio para sus familiares y conocidos, que nunca supieron quién había acabado con la vida de la mujer. Diez años después la Benemérita ha detenido a su presunto asesino gracias a un minucioso trabajo donde han tenido que analizar archivos de 500 años atrás.
Era 1 de septiembre de 2013. Elisa Abruñedo tenía 46 años y era vecina de Lavandeira de Riba, una pequeña aldea de Galicia. Como cada día, esa tarde Elisa salió a pasear por el entorno de su casa pero nunca más volvió.
En el momento en el que notaron su ausencia tanto su familia como sus amigos se pusieron a rastrear todos los caminos y montes de la zona. No darían con ella, ya sin vida, hasta el día siguiente, el 2 de septiembre. La mujer había sido apuñalada y violada pero lo que extraño a todos es que la encontraron a apenas unos metros de su casa, en un lugar por el que ya habían pasado el día anterior.
El caso de su muerte conmovió a todo el mundo en la zona. No había testigos que pudieran dar pista alguna sobre lo que le podría haber pasado a Elisa ni ninguna cámara de seguridad que hubiera captado algo sospechoso.
La única pista con la que contaban los investigadores era con los restos de ADN del que podría haber acabado con su vida. Sin embargo estos restos biológicos no estaban registrados en las bases de la Policía y los agentes no tenían con quien cotejarlos, por lo que era prácticamente imposible dar con el causante de los hechos.
Hasta ahora. Tras una década de investigación la Guardia Civil ha dado con el presunto autor de los hechos. Se trata de un vecino, que ahora tiene 49 años, de la localidad de Narón (A Coruña), un sitio muy próximo al lugar en el que ocurrieron los hechos. Al parecer el hombre carece de cualquier tipo de antecedentes y era cazador. Un año después de cometer el crimen conoció a la que a día de hoy seguía siendo su pareja. Tanto ella como su entorno defienden su inocencia.
Durante todos estos años los investigadores no han cesado en la búsqueda del asesino de Elisa. Han interrogado a decenas de personas y realizado controles aleatorios por la comarca así como también han cotejado el ADN que apareció en el cuerpo de la víctima con otros que ya tenían registrados.
En este tiempo los agentes han barajado que el cuerpo de la mujer fuera trasladado en un vehículo, ya que la zona en la que apareció no fue el lugar en el que la mataron. Las pruebas que se hicieron en la zona determinaron que dicho vehículo podía ser un Citroën. Ha sido de estos dos hilos de los que la Guardia Civil ha podido ir tirando durante esta década para dar con el sospechoso.
La ardua investigación de la Guardia Civil
De esta forma los agentes han ido haciendo, sobre todo en los dos últimos años, cribados puntuales en zonas cercanas a Lavandeira para tratar de dar con, al menos, un familiar, de dicho asesino. Parece ser que así ha sido como lo han encontrado, gracias a que un familiar suyo muy lejano se hizo la prueba genética de forma voluntaria.
Ambos son pelirrojos y ha sido gracias a la mutación de este gen que han conseguido dar con él. Tal y como ha explicado Luis Rendueles en el programa Vamos a Ver, de Telecinco, cuando este familiar se hizo la prueba, la Guardia Civil tuvo que acudir al archivo diocesano de Mondoñedo y consultar los clanes familiares de los pueblos de Galicia, de esas parroquias, desde hace 500 años, concretamente desde el Concilio de Trento.
A partir de este archivo diocesano se obtienen varias líneas familiares y paralelamente a estas líneas el Instituto de Ciencias Forenses Luis Concheiro, de la Universidad de Santiago de Compostela obtiene una ampliación del ADN, es decir, se da a conocer que los restos biológicos hallados en el cuerpo de la víctima tienen el gen pelirrojo.
Buscan este gen en dichas líneas familiares, lo unen con la teoría de que el asesino podría tener un coche de la marca Citroën y debe residir cerca de Lavandeira. Así es como dan con el principal sospechoso: un hombre que en el momento de los hechos tenía 39 años y que había trabajado como cazador.
Actualmente el sospechoso se encuentra detenido en la Comisaría de Ferrol, a la espera de pasar a disposición judicial para que se den a conocer los cargos que se le imputan. Desde la Guardia Civil han querido transmitir que el caso está muy bien atado y que hay indicios suficientes contra él.
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