Causa criminal

¿Aumenta la violencia cuando hace más calor?

Un termómetro marca 45 grados en Córdoba

Un termómetro marca 45 grados en Córdoba / Carlos Gil

En Tenerife un conductor ha grabado cómo otros dos se enzarzaban en una pelea en la que se propinaban varios puñetazos y patadas. Cuando parece que la trifulca ha acabado uno de ellos vuelve con un palo para romper la luna del coche del otro. Mientras, en Huelva, un grupo de jóvenes protagoniza una pelea en la que se oye un disparo.

En Córdoba, hace solo unos días, varios individuos comenzaron a golpearse hasta que uno de ellos cayó detrás de un muro y perdió el conocimiento al doblarse el cuello. Tal y como ha recogido el programa Ya es Mediodía, de Telecinco, son algunos los médicos que aseguran que las altas temperaturas provocan un aumento de la agresividad.

En este sentido, el psicólogo Javier Urra ha explicado en el programa que el calor impide, en muchas ocasiones, descansar bien y esto genera una mayor irritabilidad en las personas. No obstante, esto no es un factor determinante si la persona no es violenta.

El psicólogo ha comparado este hecho con el consumo de alcohol, ya que actúa como desinhibidor para aquella persona que es en sí violenta, “pero no hace violento al que no lo es”, ha detallado. El profesional de la salud mental ha concretado que la violencia está muy presente en nuestras vidas: en el ámbito político, en la conducción, en la calle. Esto se produce en detrimento de la capacidad para debatir y de tener empatía.

Partiendo de este hecho, Urra ha expresado que el aumento de las temperaturas y sentir calor sí que lleva a más enfados, mayor nerviosismo e incluso más casos de violencia de género. Sin embargo, este factor no debe ser la excusa de gente que emplea la violencia en su cotidianeidad.

En esta línea, expertos de la Escuela Nacional de Salud Pública, el Instituto de Salud Carlos III y el Ciber de Epidemiología y Salud Pública  han llevado a cabo una investigación con la que pretendían cuantificar el aumento de la violencia cuando se producían olas de calor. Una de las conclusiones a la que llegaron es que existía un incremento del riesgo en los casos de violencia machista.

De esta forma observaron un alza del 40% en feminicidios en los tres días posteriores a haber sufrido una ola de calor para cuantificar el incremento del riesgo de violencia durante las olas de calor y determinar los momentos críticos en esta relación.

Sus estudios han proporcionado datos importantes sobre cómo las altas temperaturas pueden aumentar el riesgo de violencia de género.  Los investigadores observaron que el riesgo de feminicidio aumentaba un 40% tres días después de la ola de calor.

Además de la falta de sueño otra de las hipótesis es la del aumento de adrenalina (que provoca excitación) y la desregulación emocional, que puede traducirse en ansiedad y estrés.

 Estudios como éstos respaldan que el aumento global de la temperatura terrestre provocada por una aceleración del cambio climático podrían tener consecuencias directas en nuestro carácter y en el aumento de los casos de violencia de cualquier tipo.

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