Causa criminal

Crímenes sin resolver en España: el asesinato de la joven bibliotecaria Helena Jubany

Foto de la bibliotecaria Helena Jubany

Foto de la bibliotecaria Helena Jubany

Helena Jubany i Lorente era originaria de Mataró, municipio de Barcelona. Tenía 27 años y estaba trabajando como bibliotecaria cuando la mataron. Ella había estudiado, en realidad, Periodismo y había ejercido como tal en algunos medios catalanes. Sin embargo desde el año 2000, cuando tenía 26 años, estaba iniciándose en un trabajo como bibliotecaria, encargada de la sección infantil.

Por eso había decidido irse a vivir sola a la localidad de Sabadell gracias a su nuevo empleo. El 17 de septiembre de 2001, cuando Helena volvía a casa se encontró en su portal una botella de horchata (su bebida preferida) y unos pasteles. Junto a la botella había una nota que decía:

“Helena, sorpresa.Pasábamos por aquí y hemos dicho:A ver Helena qué se explica.Somos ???? (Te llamaremos) A comérselo todo”.

Quien le envió la nota a la chica debía conocerla y saber que a Helena le encantaba la horchata. No se supo nunca si la joven llegó a bebérsela o no. Unos días más tarde, el 9 de octubre encontró una nueva sorpresa en la puerta de su casa. Esta vez se trataba de una botella llena de zumo de melocotón con una segunda nota manuscrita que rezaba:

"Helena, ante todo esperamos que te tomes esto con el mismo sentido del humor que nosotros. A la tercera revelaremos el misterio. Muy seguro te echarás unas risas. Nos gustaría mucho volver a coincidir en una excursión de la UES. ¡Ya lo hablaremos! Ahora vamos a ver si encontramos un lugar bueno, bonito y barato en Sabadell para perfeccionar el inglés. ¡Ah! Buen provecho. No nos hagas un feo, ¡eh! En la tercera ya nos invitas tú, sin duda. Besos”.

La UES era la Unión Excursionista de Sabadell, de la que la chica formaba parte. Esta vez Jubany sí probó el zumo, pero al hacerlo se encontró indispuesta y no lo terminó. Como le preocupó lo que había sucedido pidió cita para que le hicieran un análisis en un laboratorio de Sabadell donde se detectó que el zumo contenía benzodiacepina, un tipo de somnífero.

Pasó un tiempo sin nuevos acontecimientos hasta que el viernes, 30 de noviembre de 2001, Helena salió de su casa a las doce del mediodía después de haber estado trabajando en el ordenador. No volvería a presentarse en la biblioteca de Sentmenat.

Según la investigación, aquel día había recibido una llamada telefónica por la mañana y, al mediodía, salió de casa con el coche hasta la calle Calvet d'Estrella 48, de Sabadell. Allí, en el piso de dos conocidos suyos, Montse Careta (maestra) y Santi Laiglesia (abogado criminalista), alguien la narcotizó, la dejó inconsciente y la secuestró. Una situación que se alargaría todo el sábado, según las investigaciones del sumario.

Posteriormente, aún con vida, la subieron hasta la azotea del mismo edificio, desde donde fue lanzada entre las tres y las cinco de la madrugada del día 2 de diciembre, con una dosis de somníferos 35 veces superior a la normal, pero no suficiente para causarle la muerte.

Murió por el impacto contra el suelo con solo 27 años. La autopsia confirmó que cuando fue lanzada, la víctima se encontraba en un estado de semi-coma. Un vecino encontró el cadáver a las 9 de la mañana del mismo día 2, desnudo, con quemaduras en varios puntos del cuerpo y con la cabeza desfigurada a consecuencia del impacto contra el suelo, hecho que imposibilitó la identificación inmediata.

Fue gracias a que su padre ya había denunciado la desaparición que pudieron vincular ambos sucesos y comprobar que el cuerpo arrojado era el de la joven desaparecida Helena Jubany.

Las primeras indagaciones de la policía apuntaban a que la víctima "cayó" desde la terraza comunitaria de un inmueble. Lo que primero se pensó era que se trataba de un suicidio pero su cuerpo desnudo y con quemaduras, su ropa plegada en la terraza y una sustancia blanquecina encontrada en su vagina, que nunca se comunicó de qué se trataba, hicieron pensar a los investigadores que se había producido, como mínimo, un homicidio.

Todos los indicios apuntaban a Montserrat Careta y a su compañero sentimental, Santi Laiglesia, además de a una tercera amiga llamada Ana Echaguivel. Ninguno de los tres pudo precisar con seguridad qué habían estado haciendo la noche en que mataron a Helena.

El 12 de febrero de 2002 Montserrat Careta fue detenida como presunta autora del crimen. Fue enviada a prisión preventiva sin fianza.

Mientras Careta estaba en prisión, el juez encausó a Santiago Laiglesia y a Ana Echaguivel. El 23 de marzo se detuvo Echaguivel, entonces de 32 años y vecina de Sabadell, cuando una prueba de caligrafía determinó que era la autora de la primera mitad del segundo anónimo que Jubany había recibido las semanas previas a su muerte

El 7 de mayo de 2002, Montserrat Careta fue encontrada muerta colgada en el lavabo de su celda junto a una nota en la que decía que era inocente del homicidio que se le atribuía. Ana Echaguivel, también en prisión preventiva, fue puesta en libertad con cargos a los pocos días, el junio de 2002.

El abogado de la familia de Jubany dijo ante los medios de comunicación que se barajaba la hipótesis de que se hubiera tratado de un macabro juego de rol del que Helena no sabía que formaba parte.

También mencionó que Santi Laiglesia, que podría ser considerado coautor material del asesinato de la chica, no constaba en ninguno de las casi 1.000 hojas del sumario.

La causa fue finalmente archivada en octubre del 2005, cuando el juez consideró que la “solidez de las pruebas” no era “suficiente” para sustentar la acusación, que también pesaba sobre el compañero sentimental de Careta, Santiago Laiglesia Pla, y sobre Ana Echaguivel,

Los familiares de Jubany y de Careta pidieron la reapertura del caso, argumentando irregularidades en la investigación y finalmente el 3 de agosto de 2020 el juzgado de primera instancia n° 2 de Sabadell dictó la reapertura de la investigación por el asesinato de Helena Jubany.

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