Esta mascarilla avisa de cuándo se superan los niveles de CO2
El uso obligatorio de la mascarilla ha sido llevado a debate constantemente por las discrepancias entre los propios especialistas.
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La normalización del uso de la mascarilla incluso en exteriores ha llevado a la mayor parte de los ciudadanos a cuestionarse sobre los posibles efectos perjudiciales del uso prolongado de la misma en nuestra salud. El incumplimiento de la normativa de muchas de ellas al ser importadas, su posible reutilización y sistemas de desinfección, las discrepancias en cuanto a su obligatoriedad etc. Han copado gran parte de los debates sobre el uso de este elemento.
Aunque parece que en la mayoría de casos no se han producido complicaciones derivadas del uso prolongado de la mascarilla, es cierto que existe un porcentaje de usuarios que padecen síntomas leves como dolores de cabeza. Por ello, la Universidad de Granada ha desarrollado una mascarilla FFP2 inteligente que avisa al usuario a través de su móvil cuando se superan los límites de dióxido de carbono.
Cuando se usa una mascarilla tipo FFP2 se produce una concentración de CO2 en el espacio existente entre la cara y la mascarilla superior al ambiental. Esto se debe al gas exhalado durante la respiración dentro de la mascarilla, cuya reinhalación puede provocar, en algunos casos, dolor de cabeza, fatiga, disnea, mareos o somnolencia entre otros síntomas.
Cuando hablamos de índice máximo de CO2 dentro de la mascarilla nos referimos a determinadas normativas sanitarias que recomiendan un valor máximo de 0.5% de CO2 en el ambiente laboral (promediado durante una jornada de 8 horas), o que se considere una exposición de 30 minutos al 4% de CO2 como muy perjudicial para la salud.
Este avance ha sido publicado en la prestigiosa revista 'Nature Communications', y ha sido realizado por el equipo de investigación multidisciplinar ECsens entre los departamentos de Química Analítica y Electrónica y Tecnología de los Computadores de la UGR. "El sistema que proponemos consiste en la inclusión, dentro de una mascarilla FFP2 estándar, de una etiqueta flexible compuesta por un sensor de CO2 optoquímico novedoso de desarrollo propio junto a toda la electrónica de procesamiento de la señal. Ambos se han impreso en un sustrato polimérico ligero y flexible, conformando a lo que denomina una "etiqueta sensora" sin originar ningún malestar para el usuario", comentan los investigadores.
La etiqueta utilizada para el funcionamiento de este nuevo elemento no usa baterías, porque se alimenta de forma inalámbrica con el enlace de comunicación NFC (el que se usa para el pago inalámbrico, por ejemplo) de un teléfono inteligente mediante una aplicación de Android.
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