Coronavirus

Los peligros de las máquinas de ozono para desinfectar tiendas y vehículos

Las tiendas están obligadas a desinfectar sus instalaciones y productos varias veces al día.

Las tiendas están obligadas a desinfectar sus instalaciones y productos varias veces al día.

Con la llegada de la fase 1 de la desescalada a la mayor parte de las provincias andaluzas y su inminente puesta en marcha en Málaga y Granada (las únicas que aún continúan con las restricciones de la fase 0) comienza una nueva forma de entender la contención del coronavirus en la que la responsabilidad individual será determinante.

Se abre además un nuevo abanico normativo en materia de higiene para los establecimientos que pueden abrir en esta etapa y las siguientes, pero muy especialmente en aquellos recintos cerrados (establecimientos comerciales, peluquerías, etc.), que entre otras cosas deben garantizar una correcta desinfección de sus instalaciones y productos.

En algunos de estos negocios comienzan a proliferar las máquinas de ozono bajo un supuesto de desinfección y purificación del aire que nos invita a sentirnos más seguros. Pese a que realmente es así, usar ozonizadores en locales cerrados no es tan fácil como encender el aire acondicionado de la tienda.

El Ministerio de Sanidad publicó hace unas semanas una lista de productos y composiciones con propiedades virucidas adecuadas para según qué tipo de desinfecciones, entre los que no estaba las máquinas de ozono, a la vez que comenzaba a extenderse la popularidad de este gas por sus capacidades de destruir al coronavirus (y otros virus y bacterias) y otros elementos nocivos, además de los malos olores, dejando un ambiente más respirable y sano.

Además de su efectividad, limpiar con ozono permite dejar de utilizar productos químicos que pueden ser perjudiciales para la salud. Los ozonizadores están popularizando su uso en tiendas y otros establecimientos y, especialmente, en vehículos de uso público como los taxis o autobuses.

Aunque la eficacia del ozono para higienizar frente al coronavirus está demostrada, no deja de ser una sustancia “tóxica” e “indeseable”, como ha asegurado la química e investigadora Florentina Villanueva, asesora de la OMS y especialista en contaminación del aire interior, en un hilo en Twitter que ha dado mucho que hablar.

En concreto, Villanueva informa de que el ozono “puede afectar al sistema respiratorio y agravar enfermedades respiratorias crónicas como el asma”. Recuerda que está presente en el aire debido a varias reacciones que lo generan y su concentración varía dependiendo de la hora del día y la época del año. De hecho, es uno de los contaminantes vigilados en las redes de medición de calidad del aire.

Por tanto, la experta manifiesta sus dudas con respecto al uso de generadores de ozono en interiores, ya que “estaremos aumentando la concentración de un contaminante”. Florentina Villanueva va más allá y alerta de que el ozono puede entrar en combinación con otras sustancias presentes en interiores, como el limoneno (habitualmente usado en ambientadores y productos de limpieza), que al reaccionar con ozono genera formaldehido, cancerígeno y del que la propia OMS recomienda no exceder de 100 microgramos/m3 en 30 minutos.

Para desinfectar mediante máquinas generadoras de ozono estas deben en realidad que exceder los estándares de salud de dicho componente. En concreto, la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos (EPA), recuerda Villanueva, dice que si no es así “el ozono aplicado al aire interior no elimina eficazmente virus, bacterias, moho u otros contaminantes biológicos”.

Por estas razones la química recomienda que el uso de ozonizadores a altas concentraciones se produzca solo cuando ya no haya clientes, preferentemente al cierre del establecimiento para posteriormente ventilar las instalaciones.

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