La sorprendente revelación del chef español que revolucionó la gastronomía mundial: "No tengo sueldo ni ingresos"

Ferran Adrià desvela su vida actual tras El Bulli: sin sueldo y con rutinas sencillas, una faceta desconocida del genio que trabajó 16 horas diarias durante 25 años

Ferrán Adriá, el español con más doctorados honoris causa desde Ramón y Cajal (y sin haber ido a la universidad)

Ferrán Adriá
Ferrán Adriá

El aclamado chef catalán Ferran Adrià, figura clave de la revolución gastronómica española e internacional, ha sorprendido recientemente con revelaciones sobre su vida actual, completamente alejada de los lujos que muchos podrían imaginar. A sus 63 años, el creador del mítico restaurante El Bulli ha confesado que actualmente vive sin percibir prácticamente ningún ingreso regular, dedicando su tiempo y recursos a la Fundación elBulli.

"Ahora soy una persona que no tiene ningún sueldo y que casi no tiene ingresos", declaró sin ambages el chef en una reciente entrevista para el podcast de Uri Sabat. Adrià aclaró que su situación económica actual es fruto del intenso trabajo realizado durante décadas en El Bulli, establecimiento que revolucionó la gastronomía mundial y que cerró sus puertas en 2011 tras 25 años de operación en Cala Montjoi, España.

El chef, que cumplió su promesa de retirarse a los 50 años para dedicarse a otros proyectos, ha explicado que donó parte importante de su patrimonio a la Fundación cuando cerró el restaurante. Hoy en día, Adrià se define como una persona normal que disfruta de placeres sencillos: "Me cuido mucho y me gustan mucho los restaurantes, no tengo coche, mi mujer me obliga a comprar ropa cada dos o tres años".

El camino hacia la cima de la gastronomía mundial

Ferran Adrià no nació con una cuchara de plata en la boca ni su dedicación a la cocina fue vocacional desde el principio. Hijo de una familia trabajadora española, comenzó su trayectoria profesional como simple friegaplatos, ascendiendo meteóricamente hasta convertirse en chef de El Bulli con apenas 22 años. "Empecé siendo friegaplatos, me quedé chef de El Bulli con 22 años", relata con humildad quien transformaría para siempre la gastronomía contemporánea.

El secreto de su éxito, según confiesa, no fue otro que la dedicación absoluta y el trabajo incansable durante décadas: "Trabajé como un cabrón durante 25 años con mi socio, 16 horas cada día y 330 días al año". Una rutina extenuante que mantuvo hasta cumplir su objetivo personal de retirarse a los 50 años, decisión que sorprendió al mundo gastronómico cuando en 2011 cerró El Bulli en pleno apogeo de su reconocimiento internacional.

Junto a su hermano Albert Adrià, a quien define como "un crack mundial que hizo el Bulli conmigo", Ferran convirtió un pequeño restaurante de la Costa Brava en epicentro mundial de la innovación culinaria durante más de dos décadas. El establecimiento fue reconocido en cinco ocasiones como el mejor restaurante del mundo, un logro sin precedentes que catapultó a España al panorama gastronómico internacional.

El legado que trasciende la cocina

Desde el cierre de El Bulli en 2011, Adrià ha canalizado sus energías hacia la Fundación elBulli, un proyecto ambicioso que busca preservar el legado creativo y formar a nuevas generaciones de cocineros innovadores. Esta institución tiene como misión fundamental salvaguardar el conocimiento y la experiencia acumulados durante los años dorados del restaurante, compartiendo su modelo de gestión e innovación con el mundo.

La influencia de Adrià, sin embargo, ha trascendido ampliamente las fronteras de la cocina tradicional. "He sido asesor de más de 20 multinacionales, contrataba a el Bulli que era el mejor equipo creativo de alta cocina del mundo", explica el chef. Su visión empresarial le llevó a crear en 1994 un servicio de catering especializado en cocina creativa, pionero en su género, y posteriormente exploró el mundo hotelero con el proyecto El Bulli Hotel, una cadena de lujo que quedó en pausa tras la crisis económica.

Para Adrià, quien revolucionó técnicas culinarias con innovaciones como las espumas, las esferificaciones y la deconstrucción de platos tradicionales, el éxito siempre ha estado ligado al esfuerzo y la dedicación. "Yo no conozco a nadie que haya llegado lejos trabajando y sin dedicarle muchas horas", afirma con contundencia, desmitificando la idea del genio que alcanza el éxito sin esfuerzo.

Una vida sencilla tras la fama mundial

Quizás lo más sorprendente de las recientes declaraciones de Adrià es el contraste entre su fama mundial y la sencillez de su vida actual. A pesar de haber transformado radicalmente la gastronomía española e internacional, de haber asesorado a grandes corporaciones y de haber sido el centro de atención mediática durante años, el chef lleva hoy una existencia alejada de extravagancias.

"Me dedico a la innovación y la vanguardia pero soy una persona normal", insiste Adrià, desmontando el mito del chef estrella rodeado de lujos. Esta declaración resulta especialmente significativa proviniendo de quien fue durante años el rostro más visible de la alta cocina española y transformó un restaurante en Cala Montjoi en destino obligado para gourmets de todo el planeta.

En 2025, a catorce años del cierre de El Bulli, Ferran Adrià sigue siendo una figura fundamental para entender la evolución de la gastronomía contemporánea. Su legado perdura no solo en las técnicas que revolucionaron la cocina, sino también en su filosofía sobre la innovación y el trabajo constante como claves del éxito profesional. La Fundación elBulli continúa su labor preservando ese conocimiento y formando a nuevas generaciones que podrán seguir transformando el panorama gastronómico mundial.

El chef, que cumplirá 64 años en 2025, ha encontrado en esta etapa de su vida un equilibrio entre el disfrute personal y la transmisión de conocimiento, demostrando que tras la genialidad creativa puede existir una vida de sencillez y normalidad. Una lección de vida que quizás sea tan valiosa como sus revolucionarias aportaciones a la gastronomía mundial.

stats