La digitalización educativa en España
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El Ministerio de Educación anunciaba recientemente que desde 2021 se había destinado más de 1.660 millones de euros a tal fin, mientras los expertos señalan varios retos que se deben afrontar

No hay duda de que la competencia digital es básica para que nuestra sociedad esté mejor formada, con un buen nivel competencial y sea más justa, comprometida y moderna.
De esta manera se refleja en la Agenda Digital 2025 para España, que incluye el Plan Nacional de Competencias Digitales, con siete líneas de actuación entre las que se destaca para el ámbito educativo: la Digitalización de la Educación y el desarrollo de las competencias digitales para el aprendizaje en la Educación.
Existe también como referencia el Plan de Acción de la Educación Digital 2021-2027, publicado por la Comisión Europa y el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, que incluye una inversión en España superior a los 1.300 millones de euros para la digitalización de las etapas educativas no universitarias.
A este respecto, recientemente, el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes, a través de su secretario de estado, Abelardo de la Rosa, anunciaba que desde 2021 se había destinado más de 1.660 millones de euros en la digitalización del sistema educativo.
De tal forma, que este montante ha permitido la distribución de 332.000 dispositivos portátiles para el aprendizaje del alumnado, instalado sistemas digitales interactivos (SDI) en 127.629 aulas de todo el país y se ha acreditado la competencia digital de 604.440 docentes, según informó el responsable político en la inauguración del EdTech Congress Barcelona 2025.
Claramente, todas estas medidas representan un avance esencial para la actualización del sistema de educación en este país. Al enfocarse en habilidades digitales, la digitalización de instituciones educativas, la generación de recursos y técnicas sofisticadas, se capacita tanto a alumnos como a docentes para los retos de la era digital. Además, se reduce la brecha digital y garantiza la igualdad de oportunidades para todos en el sector educativo.

El caso sueco
Sin embargo, muchos son los expertos que, a pesar de estos progresos, señalan que este tipo de medidas presenta importantes desafíos y se tiene muy presente lo ocurrido en Suecia, que tras emprender en 2009 una transformación ambiciosa en su sistema educativo reemplazando los libros impresos por herramientas digitales como computadoras y tablets, quince años después, está revirtiendo esa decisión.
El país nórdico ha decidido destinar una importante inversión para asegurar que cada estudiante tenga acceso a libros impresos en todas las materias. Este cambio busca recuperar habilidades fundamentales, como la lectura y la escritura, que habían mostrado un notable deterioro. También se han lanzado campañas de concientización dirigidas a las escuelas y familias, con el objetivo de resaltar la importancia de equilibrar el uso de herramientas digitales y métodos tradicionales, de forma que no se abandona por completo las tecnologías, pero sí se integran de forma más estratégica y controlada. Por ejemplo, los dispositivos electrónicos seguirán siendo utilizados como herramientas complementarias para el acceso a recursos en línea, pero no como reemplazo de los libros impresos.
Pero, volviendo, al caso español, los retos a los que se enfrenta la digitalización de las aulas fundamentalmente se refiere, en primer lugar en la necesidad de una mayor formación continua y especializada del profesorado, ya que aunque existen numerosos programas, es necesario que sus enseñanzas sean más profundas, con el objeto de que esté preparado técnica y pedagógicamente para que estas nuevas tecnologías se apliquen adecuadamente en la enseñanza.

También los especialistas en la materia apuntan que se ha de educar en ciberseguridad y en cómo hacer un uso responsable de la tecnología, ello permitirá a los alumnos aprovechar todas las oportunidades que esta puede darles.
Otro de los retos es la necesidad de realizar una investigación exhaustiva sobre los efectos del uso de pantallas en el aprendizaje y el bienestar del alumnado, tal y como se hizo en Suecia, al igual que optar por el modelo nórdico y encontrar un equilibrio entre pantallas y libros, que favorezca el desarrollo integral del estudiante, especialmente en las etapas más tempranas.
Dicho todo esto, lo que está claro es que la digitalización supone una oportunidad para avanzar hacia una educación más integradora, igualitaria y adaptada a las exigencias y necesidades del mundo actual, pero para ello habrá que hacer frente a varios desafíos.
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