Anthropic replica la estrategia del dólar simbólico de OpenAI y lleva Claude a todo el Gobierno de EEUU
La compañía de inteligencia artificial ofrece sus modelos más avanzados por un precio testimonial, siguiendo la senda marcada por OpenAI
Inteligencia artificial, algoritmos y poder: cómo las tecnológicas conquistan Washington
Anthropic ha anunciado un acuerdo con la Administración de Servicios Generales (GSA) de Estados Unidos para ofrecer Claude for Enterprise y Claude for Government a las tres ramas del gobierno federal -ejecutivo, legislativo y judicial- por el precio simbólico de un dólar.
El movimiento replica punto por punto la estrategia de OpenAI y confirma que la batalla por entrar de lleno en el Estado norteamericano ha entrado en una fase de escalada.
"Este acuerdo OneGov con Anthropic es prueba de que Estados Unidos está estableciendo el estándar de cómo los gobiernos adoptan la IA: de manera audaz, responsable y a escala", declaraba en un comunicado Michael Rigas, administrador en funciones de la GSA.
"Este acuerdo pone los modelos de IA estadounidenses más avanzados directamente en manos de quienes sirven al pueblo americano".
La (rimbombante) retórica oficial no oculta la realidad subyacente: se trata de "eliminar barreras para la adopción gubernamental de IA", según reconoce la propia Anthropic en su comunicado, donde admite que busca que "los trabajadores federales puedan aprovechar plenamente estas capacidades para servir mejor al pueblo americano".
El acuerdo, que tendrá vigencia durante un año completo, permite el acceso a los modelos más avanzados de Anthropic con actualizaciones continuas conforme se publiquen nuevas versiones.
Además, la empresa se compromete a proporcionar soporte técnico especializado para facilitar la implementación de la inteligencia artificial en los flujos de trabajo gubernamentales, tanto de productividad general como en operaciones críticas.
Seguridad gubernamental como ventaja competitiva
Claude for Government constituye el elemento diferencial de la propuesta de Anthropic. Este modelo específico cuenta con certificación FedRAMP High, el estándar de seguridad más exigente para el manejo de datos gubernamentales sensibles no clasificados.
La plataforma permite que los trabajadores federales utilicen inteligencia artificial avanzada en tareas delicadas manteniendo los protocolos de seguridad requeridos por las instituciones públicas.
La compañía ya cuenta con precedentes relevantes en el sector gubernamental:
- El Departamento de Defensa ha seleccionado Claude a través de un acuerdo marco de 200 millones de dólares con la Oficina Principal de Inteligencia Artificial y Digital para reforzar las capacidades de seguridad nacional.
- Más de 10.000 científicos e investigadores del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore utilizan Claude diariamente para acelerar descubrimientos científicos, mientras que el Departamento de Salud del Distrito de Columbia lo ha desplegado para facilitar el acceso multilingüe a servicios sanitarios.
El acceso técnico se canaliza a través de alianzas estratégicas con AWS, Google Cloud y Palantir, permitiendo que las agencias integren Claude en su infraestructura segura existente sin comprometer el control sobre sus datos.
La confirmación de un patrón
Este acuerdo confirma y amplifica lo que se infería del acuerdo de OpenAI.
Lo que comenzó como una maniobra aislada se ha convertido en un modelo de negocio replicable: ofrecer tecnología puntera a precio testimonial no por filantropía corporativa, sino como inversión estratégica a largo plazo para introducirse en la arquitectura del poder.
El movimiento de Anthropic, como el de OpenAI, se inscribe en el programa OneGov de la GSA, diseñado para racionalizar la adquisición tecnológica gubernamental, y responde directamente al Plan de Acción sobre IA de la Administración Trump, que aspira a convertir la inteligencia artificial en infraestructura transversal del Estado.
La simultaneidad de estos acuerdos revela la dimensión real de la transformación en curso: OpenAI abrió la veda con ChatGPT Enterprise por un dólar. Google respondió con descuentos del 71% en Workspace para organismos federales. Amazon comprometió 1.000 millones en créditos de AWS. Ahora Anthropic replica la fórmula exacta del precio simbólico.
El patrón es inequívoco: las grandes tecnológicas han identificado al Estado como el cliente definitivo y están dispuestas a prescindir de beneficios inmediatos por posicionarse como proveedores de referencia.
Socio estratégico en un momento clave
Esta carrera por conquistar la burocracia estadounidense trasciende cualquier lógica comercial convencional.
Una simbiosis público-privada a escala colosal que ejemplifica la tercera vía emprendida por la Administración Trump, frente al modelo de IA estatal de China y el enfoque regulador de la Unión Europea.
La propuesta de Anthropic incluye declaraciones grandilocuentes sobre "cimentar el liderazgo estadounidense en innovación de IA" y "posicionar a Estados Unidos como líder global en adopción gubernamental de IA".
Retórica que, despojada de su barniz patriótico, revela la verdadera apuesta: convertirse en socio estratégico indispensable del Estado en un momento clave.
Las preguntas incómodas
El dólar simbólico de Anthropic, como el de OpenAI antes, plantea interrogantes sobre poder, democracias, algoritmos, controles y transparencia. Preguntas cuyas respuestas se construyen día a día, acuerdo a acuerdo.
Lo que sí sabemos es que cada nuevo contrato por un dólar confirma una realidad incómoda: las grandes tecnológicas no están vendiendo software al Gobierno de EEUU: están comprando una puerta de entrada al poder.
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