Blue Origin lanza con éxito la misión Escapade y alcanza un nuevo hito en la carrera espacial comercial
El cohete New Glenn coloca en órbita los dos satélites de la misión científica de la NASA para estudiar cómo modela el viento solar la atmósfera de Marte y logra recuperar su primera etapa por primera vez.
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La NASA y Blue Origin han firmado un doble hito: el lanzamiento de la misión Escapade rumbo a Marte y el primer aterrizaje exitoso del gigantesco cohete reutilizable New Glenn en una plataforma oceánica.
Más allá de la proeza tecnológica, el despegue inaugura una estrategia de viaje inédita hacia el planeta rojo y abre una etapa en la que los lanzadores comerciales se convierten en pieza esencial de la exploración científica y humana del Sistema Solar.
Un lanzamiento decisivo para la ciencia marciana
La misión ESCAPADE (Escape and Plasma Acceleration and Dynamics Explorers) despegó este jueves desde la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, impulsada por un New Glenn que ilumina una nueva etapa en la colaboración entre la NASA y la industria privada.
A bordo viajaban dos naves idénticas, fabricadas por Rocket Lab y lideradas científicamente por la Universidad de California en Berkeley, cuyo objetivo es desentrañar cómo el viento solar -esa corriente constante de partículas que brota del Sol a más de un millón de millas por hora- ha ido erosionando la atmósfera marciana a lo largo de miles de millones de años.
Conocer ese proceso no es solo un ejercicio de arqueología planetaria. “Esta misión nos ayudará a comprender cómo Marte pasó de ser un mundo húmedo a un desierto helado y, sobre todo, cómo protegeremos a los futuros astronautas que viajen allí”, señaló Nicky Fox, responsable de ciencia de la NASA.
El estudio del clima espacial marciano es un asunto prioritario para la agencia, consciente de que radiación, tormentas solares y pérdida atmosférica condicionan cualquier plan de exploración humana.
Un New Glenn que marca territorio
En paralelo al éxito científico, el vuelo fue un espaldarazo para Blue Origin. La compañía de Jeff Bezos logró por fin recuperar la primera etapa de su lanzador orbital, tras un primer intento fallido a principios de año.
El propulsor aterrizó en la plataforma Jacklyn, situada a cientos de kilómetros de la costa de Florida, en una operación hasta ahora solo conseguida por la SpaceX de Elon Musk.
“Hoy hemos logrado la misión completa y no puedo estar más orgulloso”, afirmó Dave Limp, consejero delegado de la compañía. El éxito se produce en un momento clave: Blue Origin debe demostrar fiabilidad para competir en contratos civiles y de defensa, y para sostener los ambiciosos planes de presencia humana en la Luna y en órbitas bajas.
El vuelo también sirvió para validar HaloNet, la demostración tecnológica de Viasat instalada en la segunda etapa, que permitió transmitir telemetría a tierra a través de una red comercial de satélites geoestacionarios, una herramienta que la NASA quiere impulsar para sus futuras misiones.
Un viaje a Marte por una ruta inédita
Escapade no tomará el camino habitual. Debido a la posición actual de la Tierra y Marte, los satélites viajarán primero hasta el punto de Lagrange L2, a un millón de millas de distancia, donde esperarán hasta que ambos planetas vuelvan a alinearse a finales de 2026. A partir de ahí usarán la gravedad terrestre para impulsarse hacia el planeta rojo.
Este método rompe con la tradicional ventana de lanzamiento de cada 26 meses y abre la puerta a misiones más flexibles, capaces de hacer cola, por así decirlo, en el espacio antes de emprender su viaje interplanetario.
Además, será la primera vez que una misión atraviese una región distante de la magnetocola terrestre, una oportunidad adicional para estudiar la interacción entre el campo magnético del planeta y el viento solar.
Un laboratorio en estéreo para descifrar Marte
Tras un crucero de diez meses, las dos naves llegarán a Marte en septiembre de 2027. Se convertirán así en la primera misión coordinada de doble nave en orbitar otro planeta.
Durante los primeros meses volarán como cuentas de un collar, una detrás de otra, analizando variaciones rápidas en el clima espacial. Más adelante, se separarán en órbitas distintas para estudiar simultáneamente la acción del viento solar y la respuesta de la atmósfera superior.
Los datos permitirán afinar modelos del entorno marciano, mejorar la comunicación por radio en futuras misiones humanas y, sobre todo, aportar nuevas claves sobre cómo un planeta que un día tuvo agua líquida acabó convertido en el mundo árido que conocemos hoy.
Con Escapade ya en camino, y con New Glenn demostrando que puede competir entre los grandes, la exploración de Marte se prepara para entrar en una etapa más ambiciosa y, sobre todo, más cercana a la realidad humana que hasta ahora.
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