Fin de curso, fin de una época

El director, Álvaro Díaz, se muestra satisfecho con la respuesta de 'Curso del 63' y afirma que sería el primero en ponerse el uniforme si el San Severo volviera a abrir sus puertas

Los chicos y chicas del San Severo seguían una férrea disciplina y tenían que formar diariamente en el patio del colegio antes de entrar a las aulas.
Los chicos y chicas del San Severo seguían una férrea disciplina y tenían que formar diariamente en el patio del colegio antes de entrar a las aulas.
Isabel Brea

10 de noviembre 2009 - 05:00

A modo de máquina del tiempo, Antena 3 ha transportado en las últimas semanas a 20 chicos y chicas de distintos puntos de España a los años 60. Con los usos y costumbres de la época y encerrados en un peculiar internado, el San Severo, los jóvenes han conocido de primera mano la férrea educación de entonces; la educación que, a buen seguro, recibieron los que luego fueron los encargados de educarlos a ellos. Sólo han faltado los castigos físicos en las aulas, los crucifijos junto al encerado y el aceite de ricino en las comidas. El resto ha sido una sucesión de anécdotas que no ha dejado indiferente a nadie.

Cuatro semanas después de que comenzaran las clases, quizá mucho antes de lo que la cadena y la productora, Zeppelin, hubiesen deseado, el San Severo celebra esta noche el fin de curso de su primera promoción. Sólo las chicas recibirán la banda, ya que los chicos fueron expulsados la semana pasada tras cometer una gamberrada que fue considerada una falta muy grave por los docentes.

Unos y otros volverán hoy al siglo XXI; recuperarán sus móviles, sus ordenadores y sus pearcings, y, lo que es más importante para ellas, podrán maquillarse y peinarse a su antojo y dejar a un lado el uniforme.

"Ni ellos ni nosotros sabíamos a lo que nos enfrentábamos. Sólo teníamos claro que queríamos reproducir cómo era la educación de los años 60, pero no sabíamos cuál sería la respuesta ni de la audiencia ni de los propios chavales. Estábamos expuestos a que en el segundo programa o incluso en el primero se hubiera producido una desbandada general por parte de los alumnos, pero afortunadamente no ha sido así". De esta forma se expresa el director del programa, Álvaro Díaz, que no duda en manifestar su satisfacción ante la amplia respuesta obtenida. "Qué duda cabe que se han quedado muchas cosas por contar y que nos hubiera gustado hacer muchos más programas, pero también es verdad que el reality no tenía una duración preconcebida", dice cuando se le pregunta si la salida de los chicos ha precipitado el fin del programa.

El director da su aprobado al programa aunque recalca que no es él sino la cadena y la audiencia quienes deben abrir de nuevo las puertas del San Severo. "Si decidieran hacer una segunda edición, yo sería el primero en ponerme el uniforme, y al San Severo que me voy otra vez", dice entre risas.

Y lo del uniforme no lo dice en broma, ya que, según recalca, durante el tiempo que ha durado el reality tanto el equipo técnico como el directivo seguía casi las mismas normas estrictas que los chavales. "El equipo vivió un reality paralelo. No comimos seso ni tanta pescadilla como ellos, pero intentamos que nunca nos vieran con elementos prohibidos en el centro, como los pearcings o los móviles", explica.

En caso de que este internado tuviera una segunda promoción, Díaz apuesta por mantener el mismo equipo docente que este año. "Han demostrado que son unos profesionales excelentes y si el 'San Severo' tiene un buen elenco de profesores, para qué cambiarlo", dice rotundo.

El director del programa echa la vista atrás y recuerda los castings realizados la pasada primavera. "Los chicos realmente no tenían ni idea de lo que se iban a encontrar allí. Me acuerdo de uno que me dijo muy serio: ¿Pero viviremos sin electricidad?".

En estas pruebas de selección lo que se buscaba era conseguir una mezcla heterogénea de la sociedad actual y por eso no sólo se conformaron con las solicitudes que llegaron a la productora sino que se lanzaron a la calle para buscar a posibles candidatos en los lugares más peregrinos, desde zonas de botellón hasta bibliotecas, discotecas o colegios mayores. "Creo que hemos reflejado bien cómo es la juventud actual", dice. Esboza una sonrisa cuando se le pregunta que por qué hay tantos andaluces en el programa. "No es por nada en concreto. Es que en Andalucía hay muy buena materia prima, y no sólo para este programa, sino para la vida en general", explica.

Lo que no concibe Díaz, también director de Gran Hermano, programa estrella de Zeppelin, es que se insinúe que estos chicos son descartes del casting de Gran Hermano. "Decir eso es absurdo; para mí merece todo el respeto tanto el que se presentó al casting de Gran Hermano como el que acudió a esta convocatoria. Los dos son grupos de gente fantástica".

En caso de que el San Severo volviera a abrir sus puertas el próximo año, a buen seguro guardará en sus instalaciones alguna que otra sorpresa, y es que su director asegura que " hemos comprobado que de una idea descabellada salen siempre buenos proyectos".

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