La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Sánchez aguanta más que el telexto
La recta final de la quinta temporada de Juego de Tronos, esos episodios con tanta presencia de una Andalucía convertida en ficción, llevaban a los académicos a rendirse para los Emmy, como así han sido. Tras coleccionar estatuillas en los galardones creativos, la serie de la HBO arrasaba literalmente este domingo recogiendo 12 premios. En la bancarrota se queda Sterling Cooper y el adiós de Mad men sólo tuvo el reconocimiento a John Hamm. Modern family, una serie en abierto de Disney, de la ABC, ha concluido un lustro de reinado y la academia optó por honrar a Veep como mejor comedia. Las tres series que se han alzado como lo mejor de 2014-15 tienen un mismo sello: HBO, la cadena de pago avanzadilla de un nuevo tipo de consumo y de nuevos tratamientos y temas a través de la televisión por cable. Los Emmy han vitoreado la culminación de un cambio.
Apenas quedan rastro de los canales comerciales de siempre en las galas televisivas. The good wife, en su momento, y ahora Cómo defender a un asesino (Viola Davis, primera actriz negra en ganar) y Mom, apenas han arañado en el palmarés. La calidad, procedente de manera directa del cine, está en los canales de pago. Y en plataformas como Netflix, gran derrotada por cierto. Series premium estadounidenses que en nuestro país son aclamadas por una audiencia gourmet, por un público habituado a productos culturales en otras facetas, y que son sólo conocidas 'de oídas' por el gran público. El fenómeno de Juego de Tronos cuando llega en abierto a España se reduce a unos pases en el secundario canal Neox, donde también se lucen, pero sin brillantez, las redifusiones de la destronada Modern family... Y poco más. Para descubrir la conmovedora Transparent los espectadores han de abonarse a Movistar +, donde pasó más bien de largo, a través de las señales de Canal + Olive Kitteridge, la que avasalló este domingo en el ámbito de las miniseries.
La audiencia española, la que se sienta por millones en el sofá, hace ya años que dejó el paladar nocturno para otros productos. Lo que reconocen los Emmy son élites de producción que en el caso de España se destinan a una audiencia selecta que los visiona por trampillas de internet o en las plataformas de pago. Plataformas que ya no son refugio, ni bufet minoratorio. Son el presente para una variedad en calidad. Y en la televisión de pago es adonde se está yendo el público juvenil, el que está proclamando a los reyes actuales de Poniente, que nunca veremos en nuestros principales canales.
También te puede interesar
Lo último
1 Comentario