erca del casco urbano de Los Palacios se encuentra la pedanía de Maribáñez y ahí se encuentra el modesto club de fútbol Atlético Maribáñez, “el peor equipo del mundo”, dado el carácter amateur de los jugadores. Ante el desastre de los resultados que cosechan en la Tercera Andaluza, un experto como Cristóbal Soria, polemista sevillista en espacios como El chiringuito de Jugones, recibe el guante de remontar y de poner en forma a la desgastada plantilla, formada por auténticos personajes dignos de una ficción. Cuatro estrena esta docuserie con tintes de reality en su prime time, a las 22.50.

Soria está acompañado para la labor de mejorar la plantilla a cargo de la preparadora física Alicia Romero, de la periodista Sofía Irazusta, así como del director general deportivo del Sevilla F.C., Monchi; el prestigioso endocrino el doctor Antonio Escribano, experto en medicina deportiva que ha trabajado para clubes de élite; o el portero del Liverpool Adrián San Miguel, entre otras figuras.

Entre los vecinos que van a ponerse manos a la obra se encuentra Chinchi, delantero centro del equipo, junto a su novia Enma, la Little Chicken, que compagina a duras penas el fútbol con el bar de sus padres; El Orejas, actual secretario y alma del club; Will, portero suplente y que prepara su boda con Sandra; y Juan, el entrenador, cuya vida orbita en torno a un balón en detrimento de los planes familiares con su mujer. Y hay que estar atentos a Calcetines, un burro, la mascota del equipo.

El entrenador del Maribáñez

El objetivo de Maribáñez: el peor equipo del mundo es cambiar el rumbo de ese humilde equipo y con un trabajo idóneo y buenos resultados cambiar la vida del millar de habitantes de esta pedanía palaciega. Nacho Medina, director de tantos formatos documentales de la saga Callejeros, dire esta producción de Señor Monto para Mediaset España.

Cristóbal Soria se convierte así en delegado de campo del Atlético Maribáñez y se dispone a la labor heroica de fortalecer al club en lo físico y táctico y de despertar una mentalidad ganadora y competitiva, sin renunciar a sus señas de identidad. Es un equipo “demasiado acostumbrado a la derrota” y hay que actuar con rigidez en el caso de jugadores que enlazan la discoteca con el desplazamiento y con cierta comprensión hacia quienes están desbordados con su trabajo en el campo.

La ardua labor que ha de asumir Soria y su equipo será la que se desgrane en Maribáñez a lo largo de estas próximas noche de Cuatro.