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Viaje a los terrores del Goya honorífico

  • La impronta e influencia de Chicho Ibáñez Serrador sobre cineastas recientes es por su abundante legado televisivo en el género del terror

Rodaje de una escena de 'Historias para no dormir'

Rodaje de una escena de 'Historias para no dormir' / RTVE

El Goya honorífico de este año, Chicho Ibáñez Serrador, que ya recibió su homenaje en la Gala de los Nominados en el Palacio Real de Madrid, solamente filmó dos largometrajes, La residencia y Quién puede matar a un niño. Una obra reducida en la gran pantalla frente a su desbordante creación en el televisor, que dio nombre a uno de sus telefilmes más logrado. Canalizó toda su energía y pasión por el género de terror a través de sus producciones televisivas y su labor fue guía para los realizadores que han llegado después, generación con Álex de la Iglesia o Juan Antonio Bayona que es la que honrará tributo en Sevilla al creador del Un, dos, tres.

Treinta de sus célebres Historias para no dormir se encuentran alojadas en la web de RTVE para visionarlas en su totalidad. A pesar de que la primera tanda data de 1966 sus trabajos distan de estar obsoletos o estar superados. Es verdad que en lo relativo a realización y efectos la industria ha cambiado mucho en 52 años. Un abismo. Sin embargo, cada uno de los episodios conserva el espíritu y las atmósferas originales de quienes los creó.

Los universos de Edgar Allan Poe y colaterales están ahí, sin alterar. El blanco y negro de la época sirve para subrayar y encuadrar esos ambientes malsanos que se recrean. Y una galería de actores estupendos terminan de redondear la función. Forman un compendio de historias que ya no quitan el sueño, pero todavía estremecen y hacen soñar a los que saben valorar el trabajo artesanal. Narciso Ibáñez Menta, el padre de Chicho, fue uno de los intérpretes fundamentales en estas producciones de la pionera TVE en Prado del Rey.

El lote de Historias de 1966 incluye El cumpleaños, La bodega, El tonel, La oferta, La doble, El pacto, La cabaña, El muñeco, El cohete, El aniversario, La espera, la más que inquietante La alarma, La sonrisa, La broma, y concluye con el más célebre y galardonado, El asfalto, que logró importantes premios internacionales, con un fenomenal reto interpretativo a cargo de Ibáñez Menta.

De 1967 son El vidente, La zarpa, El regreso y El cuervo; y de 1968 La promesa, La casa y otro de los grandes telefilmes destacados de la serie antológica, El trasplante. Por último, ya en color en una producción truncada, de 1982 tenemos acceso a cuatro trabajos: El caso del señor Valdemar, Freddy, El fin que empezó ayer (que versionaba una historia de la anterior Mañana puede ser verdad) y El trapero. A todos ellos hay que añadir El televisor, que merecerá comentario aparte próximamente en este paseo de los lunes por el archivo de rtve.es.

Para concluir esta antología del terror de Chicho en la cadena pública, la web acoge un reportaje de veinte minutos realizado en 1966 con motivo del 50 aniversario de Historias para no dormir.

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