Al lado de 'Los nuestros'

La veracidad de la miniserie Los nuestros no es una coincidencia. Es fruto del estrecho trabajo de los actores, y del resto del equipo, con el Ejército. Juan Ginés García y Pérez, militar de operaciones especiales, estuvo al cargo del entrenamiento táctico como asesor del proyecto. Durante más de 20 días, todo el reparto recibió un adiestramiento intensivo, tanto físico como personal, para interpretar a distintos miembros de cuerpos de élite de nuestro Ejército. Además, Juan Ginés revisó personalmente los guiones. "El objetivo era revestir la historia de realidad", comenta.

Cuenta divertido el asesor de Los nuestros que cuando los actores vieron el plan de trabajo establecido, los horarios y todo lo que iban a hacer, se echaron las manos a la cabeza. "Algunos días eran 13 horas de maniobras, ejercicios y charlas. Creían que iba a ser imposible". El entrenamiento tuvo como escenario el campo de maniobras de San Gregorio, en Zaragoza.

"Les enseñamos, por ejempo, cómo empuñar un arma y cuadrarse. Cómo vestirse, cómo andar, hasta cómo piensan, sienten y actúan militares como nosotros", sostiene García, quien cree que el mundo militar en la ficción está demasidado influenciado por las películas y series norteamericanas, que en muchas ocasiones dan una imagen de obediencia ciega que no tiene nada que ver con la realidad. "Eso de 'señor, sí, señor' de las series anglosajonas, no es así", explica, "Esa imagen del militar preparado para ejecutar, no pensar, es mentira. La inteligencia juega un papel muy importante en nuestro trabajo, al igual que en casi cualquier trabajo".

Con esta premisa, cada actor convivió durante casi un mes con su homólogo en la vida real. Hugo Silva, que encarna al capitán Alberto Sánchez, con un capitán. Blanca Suárez, con una tiradora de precisión (como las llaman en el Ejército, más que francotiradora). Y así todo el elenco. "Eran su espejo. Han intentado copiarles en todo. También le han hecho muchas preguntas para saber cómo piensan y qué sienten. Les han hablado incluso de sus vidas personales", continúa Juan Ginés.

Rompiendo la tradicional rigidez que inunda las ficciones sobre el ámbito castrense, Silva, Suárez, Álvaro Cervantes, Antonio Velázquez y Luis Fernández, entre otros del reparto, han conseguido, entre otras cosas, dar órdenes con naturalidad, "sin gritos" -recalca el asesor- "y conseguir que tu equipo te siga ciegamente". También que los gestos y las actitudes sean más veraces, así como el modo de trabajo cuando se les ve en acción.

El resultado es una serie que muestra con bastante verosimilitud al auténtico trabajo del Ejército. "Aunque siempre tiene que haber concesiones", recalca el asesor militar, "pues es una ficción. Eso lo entendemos perfectamente. Para que al espectador le guste la historia hay que añadirle acción y licencias argumentales que en la vida real no están, pero si no sería todo mucho más aburrido".

En una convivencia tan cercana con los actores, las anécdotas se han sucedido día tras día. "Cuando estuvimos con los de operaciones especiales, tenían dicho que no debían esperar para atendernos. Los actores, por ejemplo, tenían que llevarse su mochila con sus cosas y nadie del equipo les llevaba nada. Se tuvieron que acostumbrar como unos soldados más. Aquí no hubo cortesías por ser civiles".

Además, García recuerda especialmente el interés de Hugo Silva por parecer que daba órdenes como un auténtico capitán. "Siempre le dijimos que lo hiciera con naturalidad, sin chillar". Álvaro Cervantes, por su parte, se llevó bastante tiempo aprendiendo a curar heridas para dar realismo a su papel de enfermero del Ejército. "Al final la escena en la que se ve le curando no la tuvo que hacer, se suprimió", recuerda entre risas el asesor militar. Una labor de fondo, un making off que, pese a no verse en pantalla a veces, ha dado un halo de credibilidad a Los nuestros.