Todo está en los libros
Fernando Sánchez Dragó, a su 78 años, estrena hoy, a la una de la tarde, otro espacio literario en La 2
RTVE, la misma corporación que despidió a todos sus trabajadores mayores de 52 años y que llegó a tener un director general que superaba los 80, hoy presenta a su fichaje de 78 años. Ya contó con sus buenas oportunidades pese a sus perservarentes cifras residuales y sus amplias antipatías. Sólo Matías Prats es el único junto a él que ha presentado programas en blanco y negro y a día de hoy siguen activos en la televisión. Fernando Sánchez Dragó, contertulio voraz y feroz, fue uno de los conductores del tesoro televisivo que avanzada la transición alambicó Carlos Vélez. Encuentros con las letras (que pasó a incluir el término y la temática de "Las Artes") estaba escondido en el anochecer del UHF pasando posteriormente a ocupar la segunda franja nocturna, lo que ahora sería el prime time. Por sus charlas pasaron los mayores autores actuales en castellano, lujo de los de verdad. Y se ofrecía en riguroso blanco y negro, como se grababan en 1979 los programas para minorías absolutas en la Segunda Cadena como Panorama musical o las entrevistas de A fondo. Y también el cuartomilenio de Jiménez del Oso, Más allá. Todo el país ya brillaba a color y Sánchez Dragó, afectado lector, se griseaba entre colegas y admirados.
El autor de la petardada Gárgoris y Habidis, budista que escupió al electorado andaluz en el 93, le subieron los colores ya en la Primera Cadena. Con el cambio político, y al calorcito socialista, le quitó el programa a Vélez y montó la Biblioteca Nacional en la sobremesa de los sábados después de Pista libre. La careta llevaba el compás de Luis Eduardo Aute, relatando personajes mientras en el estribillo se canturreaba "todo, todo, todos está en los libros". Entonces nadie se imaginaba que algún día iba a existir Tuenti.
El ego de Dragó masajeaba la literatura, pero el programa exquisito concluyó. Años después volvería con su cantinela a La noche, las tertulias noctámbulas en directo que terminaban obligatoriamente a las dos de la madrugada para dar paso a una película. Una tontería de santa Pilar Miró. En uno de aquellos encuentros Fernando Arrabal llegó pasado de medicación y dijo lo de "el mineralismo va a llegaarr", epílogo de la TVE del monopolio.
En el 93 Sánchez Dragó picó billete del Prado del Rey tardofelipista y ya no volvió hasta el 97, los domingos por la noche de La 2, con más de lo mismo, Negro sobre blanco, donde llegó a entrevistar al presidente Aznar y tuvieron aquel altercado ("¿te quieres callar?") Manuel García Viñó y Vicente Molina Foix.
De nuevo un cambiazo político se llevó por delante al cada vez más sesgado literato de las gafas caídas. Se refugió entonces en Telemadrid, donde además de coloquios (Las noches blancas, muy pesado) llegó a tener su propio informativo "de autor", Diario de la noche, hace ocho años. En sus análisis a lo Carrascal daba titulares a la competencia todos los días.
Y ahora llega a la televisión de Rajoy. Después de probar con José Luis Moreno y Ernesto Sáenz de Buruaga era el que faltaba en la TVE del PP. Sin hacer ruido, como le corresponde a un programa sobre literatura. Libros con uasabi. A la una en la 2. Si les gusta leer (de otra manera no habrían llegado a esta línea), ustedes mismos.
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