Cómo pudo denunciar Antonio Mercero ('Verano Azul') el machismo en 1968
El programa 'Luz Verde', en la escondida Segunda Cadena, expuso a una mujer solitaria por la Gran Vía de Madrid, asediada por los hombres
La TVE de 1968, bajo la dirección de programas de un prometedor gestor como Adolfo Suárez, logró abrir pequeñas rendijas para el debate social entre la censura y la tutela por las convenciones de una dictadura que se había posicionado tímidamente en un aperturismo del que se arrepentiría. Programas con un trasfondo crítico encontraron refugio en el Segundo Canal, el UHF, hoy La 2, que celebrará en 2026 nada menos que 60 años de emisiones. Tenía una señal de alcance limitado, apenas perceptible más allá del corredor Madrid-Barcelona, lo que permitía cierta audacia creativa lejos de los ojos más vigilantes.
Entre esos espacios destacó Luz verde, un programa dirigido por el innovador Antonio Mercero, quien, acompañado por la periodista Natalia Figueroa, futura esposa del cantante Raphael, abordó hace más de cinco décadas un tema tan cotidiano como espinoso: el piropo como tradición española y su trasfondo de acoso hacia las mujeres. En una sociedad aún anclada en códigos patriarcales, este análisis televisivo se erigió como un ejercicio pionero de crítica social.
Mercero, figura clave de la televisión y el cine español, dejó su huella en obras como Verano azul, Farmacia de guardia o La cabina, el primer Emmy para España, en 1973. Ya en Luz verde, su ironía y su capacidad para capturar la esencia de una época se hacían evidentes. El programa, rodado en formato cinematográfico, buscaba desentrañar si el piropo era un “homenaje” cargado de “gracia” y “admiración varonil”, como defendían algunos, o una costumbre trasnochada que incomodaba a sus destinatarias.
Como experimento, la modelo Luz Galas recorrió la Gran Vía madrileña de 1968 bajo la atenta mirada de las cámaras. Los resultados fueron reveladores: prácticamente ningún hombre de entonces resistía la tentación de girarse y lanzar algún comentario hacia la mujer que iba sola. Las palabras más subidas de tono eran silenciadas con acordes de Beethoven, un recurso ingenioso que no ocultaba la crudeza de las reacciones. Lejos de ensalzar a la sociedad de la época, el programa de la Segunda Cadena ponía en evidencia el carácter intrusivo de estas “muestras de deseo” de tanto espontáneo.
Natalia Figueroa, conductora del espacio, aportaba una perspectiva esperanzadora al señalar que los jóvenes de aquel mayo del 68 parecían desprenderse de las “tradiciones e hipocresías” de sus mayores. Las entrevistadas, por su parte, mostraban una postura ambivalente: aceptaban los piropos “bonitos”, pero deploraban las “brutalidades” cargadas de groserías que solían recibir.
Entre los hombres jóvenes, expresiones como “adiós, preciosa” o “hola, chata” contrastaban con las imposiciones satironas que, como observaba Figueroa, caracterizaba a las generaciones precedentes.
El programa también ofrecía un toque de humor al proponer una “escuela de piropeadores” para modernizar esta práctica, sugiriendo expresiones castizas como “Ole las exposiciones permanentes” o “Bendita la tierra que da flores como tú”. Sin embargo, lo que en 1968 se presentaba con tono ligero hoy sería cuestionado.
La apuesta de RTVE por contenidos alternativos en el UHF respondía a una estrategia clara: dar voz a nuevos talentos y explorar temas audaces en un canal con menor audiencia y, por ende, menor escrutinio. Mientras el general Franco y los censores se enfocaban en la Primera Cadena, La 2 se convertía en un laboratorio de ideas. Luz verde no reflejaba las inquietudes de una sociedad en cambio y anticipaba debates sobre el acoso a las mujeres o la igualdad que resonarían con fuerza décadas después.
Este programa de 1968 con Antonio Mercero, siempre con visión inconformista, y con una joven Natalia Figueroa como rostro visible, no solo hay que andalizaro como un hito televisivo al cabo de los años, sino como espejo de las tensiones entre tradición y modernidad en la España de finales de los sesenta. Un legado que, visto desde 2025, sigue invitando a la reflexión.
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