Hablando de toros a las plantas de la Piedad
Cofradías y tauromaquia
La Hermandad del Baratillo convocó al delegado Ricardo Sánchez, el presidente Luque Teruel y el empresario Ramón Valencia, bajo la moderación de Joaquín Moeckel, en la segunda sesión del ciclo que ha analizado los nexos de la corporación con el mundo taurino
Del Baratillo, la Virgen de la Piedad y sus toreros
Inaugurado el busto del torero Manolo Cortés en Gines
A las plantas de la Virgen de la Piedad y en el coqueto templo de la calle Adriano. La segunda sesión del ciclo que hila el mundo del toreo y el universo de las cofradías había mudado de escenario -se había previsto en la Fundación Caja Rural- por contingencias de última hora pero... qué mejor. La charla iba a transcurrir a la vera de ese San José dieciochesco y roldanesco que regaló Pepe Hillo -Morante le pone un clavel y otro a San Antonio que está en frente- cuando a la primitiva hermandad todavía le quedaba un siglo para convertirse en corporación de penitencia perpetuando el culto al misterio de la Piedad y la devoción por aquella cruz de forja que alentó a sus primeros hermanos en los rigores de la peste del Siglo de Oro.
La capilla creció y a su sombra se fue levantando la plaza de la Maestranza, reforzando esos nexos taurinos que se estrechan con el tiempo. Arriba, en los salones de la casa, se pueden admirar las sayas montadas con los bordados toreros de El Andaluz, Alvaradito, Manuel Díaz El Cordobés y la última, una preciosa prenda entonada en verde lago, que fue compuesta con el último vestido que lució Morante en la Feria de Abril de 2016, una temporada de reencuentro con la plaza de la Maestranza después de aquellos dos tristes e inoperantes años de ausencia. La Virgen de la Caridad, patrona antigua de la extinta Asociación de la Vejez del Toreo, la iba a estrenar en 2019 después de que el taller de Sucesores de Caro adaptara los bordados a su nueva función.
A vueltas con la reglamentación
El empresario Ramón Valencia, precisamente, asumió el coste del pasado al nuevo tejido. Este martes se sentaba en la capilla del Baratillo acompañado del presidente del propio coso, José Luque Teruel, y el delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Sevilla, Ricardo Sánchez, que llegó con prisas desde otro compromiso haciendo honor a su proverbial don de la ubicuidad. El letrado Joaquín Moeckel, que detentó la vara de oro de la cofradía del Miércoles Santo hace algunos lustros, iba a ser el encargado de moderar esta charla que, ésa es la verdad, se hizo esperar algo más de la cuenta.
Moeckel huyó de las analogías al uso para disertar de actualidad taurina desde el punto de vista de la autoridad y la empresa sin perder de vista el punto de vista del aficionado. Si Valencia había comenzado hablando de los entresijos de la confección de la feria, continuaría explicando esos viajes de ida y vuelta al campo, en compañía de los equipos gubernativos, que dan forma a la nómina ganadera del abono sevillano. “Eso no lo hace ninguna plaza del mundo”, espetó el gerente de Pagés antes de ahondar en otros temas candentes como el sacrosanto orden de antigüedad a la hora de conformar las ternas -que el empresario discute- o la desmesura en la presentación de los toros que el gestor del coso maestrante tildó de “madrileñizar Sevilla”. En ese punto Valencia aludió a la necesidad de flexibilizar la reglamentación para dar sitio “a la imaginación” como premisa para hacer evolucionar el espectáculo.
Ricardo Sánchez señaló que la regulación “es necesaria para que no haya una mala praxis” además de referir los distintos campos de acción de la Junta de Andalucía en la protección al mundo de la tauromaquia: desde la reciente creación de los Premios Andalucía de Tauromaquia, pasando por la tutela de las escuelas taurinas, hasta llegar al inminente y flamante reglamento taurino que tendrá que ver la luz antes de que acabe el año.
Un histórico rabo
José Luque Teruel tenía cosas que contar. Moeckel ya le había interpelado sobre su supuesta fama de presidente orejero. El presidente de la Maestranza ha indultado dos toros -Cobradiezmos y Orgullito- y también concedió el histórico rabo que paseó Morante el 26 de abril de 2023. “Desde que le ví abrirse de capote sabía que le iban a pedir el rabo”, relató Luque Teruel recordando las circunstancias de aquella tarde histórica.
Pero la charla, cada vez más densa, se había detenido especialmente en los tiras y aflojas de una reglamentación que se contempla desde distintas ópticas pero tiene la misión de proteger al aficionado. “Todos trabajamos por él”, subrayó Ramón Valencia destacando la actual armonía de trabajo y criterio con la autoridad gubernativa. “Coincidimos al 90%”, añadió el gerente de Pagés recordando aquellos tiempos nefastos de “baile de camiones”. Pero la charla sólo podía terminar recordando esos nexos intensos y extensos que vinculan a la cofradía del Baratillo con el mundo del toro. Llegaba el momento de la convivencia soñando con una coronación...
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