Luque aprovecha un toro manso que le sirve para salir a hombros
El presidente tuvo que decidir si perdonarle la vida a un toro de Antonio Bañuelos, que fue manso en los dos primeros tercios, pero que rompió en la muleta
Ganadería. De Antonio Bañuelos, desiguales de presencia y de buen juego con muchos matices. El mejor, el quinto, que después de mansear en los dos primeros tercios rompió a muy bueno en la muleta. Tuvo el premio de la vuelta al ruedo en el arrastre, y antes se le pidió el indulto. TOREROS: César Jiménez, estocada tendida y ladeada (ovación); y estocada (palmas). Daniel Luque, estocada rinconera (aviso y ovación tras petición minoritaria); y bajonazo y descabello (dos orejas tras aviso). Rubén Pinar, estocada (silencio); y estocada y dos descabellos (silencio tras aviso. Incidencias. Lleno en tarde de nubes y claros.
Daniel Luque cortó dos orejas, con la consiguiente salida a hombros, al mejor toro de la corrida que lidió ayer Bañuelos, un manso que, sin embargo, sirvió mucho en la muleta, a la postre premiado con vuelta al ruedo.
Duro trago para el presidente cuando tuvo que decidir si perdonarle la vida o no al manso quinto toro de la tarde, y qué premio darle a Daniel Luque después de una soberbia faena coronada con un infame bajonazo. Toro de nombre "Lucero", número 26, negro de capa y 557 quilos de peso. Datos para la historia, puesto que el referido toro ya está en los anales, al menos de la plaza de Santander.
Pero toro, hay que advertir, que fue descaradamente manso en los dos primeros tercios. Sin embargo, extraordinario para la muleta. Tan bueno que al final la gente olvidó que había entrado por primera vez al caballo al relance y en chiqueros, yéndose inmediatamente suelto y al otro caballo. No cabe más mansedumbre. Todavía se dolió en banderillas. En la muleta el panorama fue distinto.
Luque lo ahormó doblándose con él, en plan poderoso, entre muletazos genuflexos y trincheras. Pases muy seguidos, muy limpios y con mucho gusto. Increíble lo que estaba sucediendo: el manso rompió a embestir, y de qué manera. Buen toro a partir de esos primeros compases, y buen torero, Luque, centrado y capaz.
Lo citó siempre muy de frente, tomándolo por delante, lo templó mucho y le hizo ir hasta muy atrás, por cierto, el toro siempre muy humillado. Faena en lo fundamental de mucho asiento y excelente compostura.
Luque alternó las dos manos dejándole los mínimos desahogos, pues tenía el animal su carbón. Faena muy maciza y sincera, con gran fondo. Pero una vez consumado el tiempo de lo que dura un trasteo normal, todavía pedía guerra el de Bañuelos: una verdadera máquina de embestir. Fue cuando vinieron los circulares, por delante e invertidos, cambios de mano muy encadenados por detrás. Y a empezar otra faena. Increíble lo que duraba el toro.
Asomó entonces un primer pañuelo en demanda del indulto, y a partir de ahí toda la plaza fue un clamor pidiendo que se le perdonara la vida al toro. El presidente lo tuvo muy claro: no era toro de indulto por lo que había manseado en los dos primeros tercios. Gran toro en la muleta, pero hasta ahí. Luque montó varias veces la espada, gesticulando mucho, como implorando el indulto que no llegaba. El presidente se mantuvo en sus trece, mandándole el primer aviso. Así que tuvo que entrar definitivamente a matar. La estocada fue un clamoroso bajonazo.
Para evitar males mayores el presidente no tuvo más remedio que sacar los dos pañuelos blancos y un tercero azul: dos orejas para el torero, y vuelta al toro en el arrastre. Así, todos contentos.
La corrida podría resumirse en ese toro y esa faena, sin embargo, hubo todavía cosas notables que contar. Por ejemplo, que el primero fue bravo en el caballo y tuvo un buen pitón derecho. Jiménez lo toreó correcto, pero con frialdad. El cuarto aguantó poco, y la faena, aunque porfiona, tuvo escasa consistencia.
El primero de Luque, pese a ir rebrincado por las pocas fuerzas, sirvió mucho. Luque buscó un parón que no llegaría a encontrar.
Y Pinar, con el peor lote, apenas pudo brillar. Breve e insustancial en su acabado primero, y con muchos arrestos y pundonor frente al manso, complicado y descompuesto sexto.
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