A pesar de la ausencia, que no extrañó demasiado, el eco de aquel rabo diferencial seguía rebotando en el ruedo de la plaza de la Maestranza, cubierto por esa inmensa carpa transparente que cobija la entrega de los premios taurinos y universitarios que concede cada año la corporación nobiliaria uniendo en un mismo acto la academia y la maestría taurina. Morante tenía que haber subido al estrado tres veces: una, para recoger el trofeo que premiaba a la mejor faena: la instrumentada a aquel toro Ligerito de Domingo Hernández para hacer historia en el coso del Baratillo. Pero hubo otros conciertos en la grandiosa Feria de Abril de 2023 que le permitieron hacerse acreedor del diploma correspondiente al triunfador del ciclo y el que le acreditaba como autor del mejor toreo de capa. Su figura se agrandó en la ausencia y tuvo que ser sustituido por su apoderado, el fiel Pedro Marqués, después de comunicar una indisposición de última hora que no evitó la decepción.

Morante, al fin y al cabo tenía que haber sido el gran protagonista de estos premios taurinos y universitarios que concede la Real Maestranza de Caballería en los que los toreros de oro y plata y los criadores de bravo coinciden con los alumnos egresados que se distinguieron con los mejores expedientes académicos de la Universidad Hispalense de la promoción de 2023. La presidencia simbólica del retrato de Felipe VI, Hermano Mayor de la corporación nobiliaria, daba carácter a la sobria y elegante puesta en escena de un acto que se prolonga por esa larga lista de alumnos –con mayoría femenina que no entiende de cuotas- que recogen sus respectivos galardones. El acto estuvo presidido de forma efectiva por el teniente de Hermano Mayor de la Real Maestranza, Santiago de León y Domecq y contó con la presencia de distintas autoridades civiles, militares, religiosas y académicas, incluyendo el alcalde de la ciudad,  José Luis Sanz, los consejeros Patricia del Pozo y Arturo Bernal y el obispo auxiliar Ramón Valdivia. 

Del cuerpo nobiliario a la Hispalense

León dio un cumplido repaso a la acción socio cultural y asistencial de la Maestranza, poniendo un especial énfasis en su vocación de mecenazgo y en los vínculos de unión con la Hispalense, destacando que se cumplía el 59 aniversario de la creación de estos galardones. El teniente de Hermano Mayor alabó la excelencia académica como motor de la Universidad haciendo eco, una vez más, de la trascendencia de la faena del diestro de La Puebla. 

El rector de la Universidad Hispalense, Miguel Ángel Castro Arroyo, subrayó que "el toreo es cultura y el toreo es arte" antes de afirmar que "tiene la capacidad de cimbrear los basamentos más firmes de los sentimientos". Castro se estaba refiriendo, claro está, al trasteo de Morante que le valió ese rabo excepcional que marcó tantas diferencias y que el rector definió como "cumbre artística" del genio de La Puebla del Río. Castro Arroyo también tuvo palabras de reconocimiento para las 15 mujeres y 11 hombres que recibían los premios extraordinarios de fin de carrera a los que definió como "referencia" para la propia institución universitaria y el resto de la sociedad.

Daniel Luque tampoco pudo estar presente para recibir el premio de la mejor estocada. Era un caso de fuerza mayor: una grave problema de salud de su padre ya le había impedido recoger el premio que le debía entregar la tertulia El Porvenir este lunes. Se les desea fuerza… En el apartado de las cuadrillas se reconoció la labor del subalterno Javier Ambel durante toda la feria y del banderillero Antonio Chacón como autor de los mejores pares de banderillas del ciclo. Como mejor subalterno a caballo fue premiado Manuel Jesús Ruiz Espartaco y el diploma correspondiente al rejoneador más sobresaliente fue recogido por Guillermo Hermoso de Mendoza, que ya suma tres Puertas del Príncipe consecutivas.

Dentro del apartado ganadero se entregó la clásica Copa Pequeña de Plata correspondiente al mejor toro lidiado en la Feria al ganadero Javier Moya Yoldi por la lidia de  Príncipe un ejemplar de El Parralejo al que Daniel Luque cortó las dos orejas. La Copa Grande de Plata destinada a subrayar el juego de la mejor corrida lidiada en el ciclo fue recogida por Victorino Martín.

Tampoco hay que olvidar a los novilleros sin picadores del ciclo de promoción veraniego. El sevillano Javier Zulueta –que triunfó en su reciente presentación con picadores- recogió el traje de luces que regala la Real Maestranza. Mariscal Ruiz, que está a punto de debutar con los del castoreño, hizo las veces con el capote de paseo y Francisco Mazo se llevó el capote de brega que le acreditaba como tercer finalista. El protagonismo taurino se complementaba con la larga lista de alumnos que han merecido el reconocimiento de la corporación nobiliaria por su excelencia académica otorgando ese doble carácter taurino y universitario a un acto que constituye el escaparate más amplio de la Real Maestranza de cara la ciudad de Sevilla.