Rafael Cuesta, del capote al mantel
El torero abandona su profesión debido a una grave lesión en el tobillo izquierdo, que arrastra desde 2009 . Regentará un establecimiento de una cadena hostelera sevillana
Torero sevillano joven, de maneras clásicas, cambia el capote por el mantel. Rafael Cuesta, banderillero de Morante, tras su retorno de la campaña mexicana junto al maestro de La Puebla del Río ha decidido, después una grave lesión que le ha perseguido desde noviembre de 2009, dar un giro a su vida y apostar por la hostelería, como gerente del bar Antonio Romero, que inaugurará próximamente.
Cuesta, que tan sólo cuenta 36 años, explica: "En 2009 sufrí una lesión en el tobillo izquierdo, con rotura del tendón tibial y del ligamento, que ha acabado afectándome a la rodilla hasta el punto de que me cuesta correr con normalidad. Después de este último viaje a México, a las órdenes de Morante, le dije al maestro que me retiraba. Esa es la primera causa. Por otro lado, el nivel de sacrificio es enorme y aunque la satisfacción es mucha, creo que es el momento para abrir una nueva etapa en mi vida, en los negocios familiares de mi suegro, La Bodeguita Antonio Romero, en los que ya estaba colaborando desde hace tiempo. Además de esos dos locales, ahora abrimos otro que será bar y restaurante y en el que ejerceré como gerente. Está ubicado en el antiguo restaurante El Buzo, junto a la plaza de toros".
El popular torero, presto en la palabra como lo estaba con el capote para los quites al riesgo, recalca: "La lesión del tobillo, a la que se añadió otra el año pasado, una luxación de hombro, es la causa determinante de que abandone el toreo".
¿Qué pueden tener de común las dos profesiones? Rafael Cuesta responde: "El público. Para que vuelvan a verte, tienes que estar bien y convencerlo con lo que haces en el ruedo y en la hostelería pasa igual, tienes que ganarte al cliente. La diferencia está en que el precio de las localidades de los toros es más caro y, claro, en que como banderillero te juegas la vida".
Su pasión por el toreo comenzó relativamente tarde, ya que dio su primer capotazo a los 15 años en la finca de Soto de la Fuente. Ingresó en la Escuela de Sevilla, "algo que fue clave, con magníficos consejos de Chaves Flores, Tito de San Bernardo y el cariño de Curro Puya. Y en el conocimiento de mi profesión de banderillero y como persona fue decisivo Antonio Corbacho"; afirma.
Vestido de luces, los aficionados han podido valorar su solvencia ante sus jefes de filas, entre ellos Talavante, "del que destacaría su precocidad"; Luis Vilches, "un torero con oficio"; José Tomás, "que para mí representa la pureza"; y Morante, "un torero especial, con el que he terminado mi carrera y que me ha apoyado mucho, especialmente tras esta dura decisión de la retirada".
La decisión de su retirada está tomada en este tiempo frío e invernal, a la espera del comienzo de la temporada. Del toreo a la hostelería o lo que es lo mismo, Rafael Cuesta, del capote al mantel. Aunque su corazón, su alma y sus sentimientos, parecen rebelarse: "Llevo varios días soñando que hago el paseíllo en Sevilla, la plaza donde más me siento torero. Con el tiempo, quién sabe, de torero no, pero quizás vuelva a este mundo taurino que tanto me ha dado y que me ha enseñado a ser un hombre".
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