Juan Ortega y Santiago Domecq siguen cosechando premios en el Colón

El torero sevillano y el criador de Jerez continúan sumando reconocimientos que distinguen su relevancia en la pasada Feria de Abril

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Juan Ortega y Santiago Domecq junto a José Murube y los padres del matador tras recoger los trofeos del hotel Colón.
Juan Ortega y Santiago Domecq junto a José Murube y los padres del matador tras recoger los trofeos del hotel Colón. / Juan Carlos Muñoz

Suma y sigue: el diestro sevillano Juan Ortega y el criador jerezano Santiago Domecq siguen sumando premios y reconocimientos que subrayan la excelencia de la mejor faena de la pasada Feria de Abril y las virtudes de aquel encierro soñado llegado de los cerrados de Garcisobaco. Ayer era el turno de los trofeos que concede el Colón en su XIV edición. Rosana González, la mejor anfitriona del hotel de los toreros, había vuelto a cuidar todos los detalles para que no faltara nada en un encuentro tradicional que sirve de antesala del ciclo continuado de festejos. La ampliación del serial y los compromisos mexicanos de Juan Ortega -actuará en Aguascalientes y Tlaxcala antes de afrontar los dos contratos que le esperan en el ciclo primaveral sevillano- habían adelantado levemente la fecha de un encuentro que mantuvo intacto su carácter de foro taurino y social antes de los días grandes. Era palpable: había ganas de toros...

El jurado nombrado por el establecimiento de la calle Canalejas había justificado en su momento la concesión del premio al mejor torero de la temporada 2024 en Sevilla al matador sevillano valorando “la trascendencia y la excepcionalidad de la faena instrumentada por el diestro sevillano a Florentino, un ejemplar de Domingo Hernández al que cortó las orejas en comunión con el público”. Este nuevo premio vuelve a realzar el eco del gran trasteo de Juan Ortega que, más allá de otros triunfos numéricos, se alzó como el suceso más relevante de la temporada en el coso maestrante mereciendo el premio a la mejor faena que concede la Real Maestranza de Caballería y el jurado de los trofeos Puerta del Príncipe de El Corte Inglés. En otros ámbitos, cosas que pasan, no lo vieron así...

Rosana tuvo el sentido y la sensibilidad de dejar en manos de los padres del torero la entrega de este trofeo que, de una u otra forma subrayaba además la definitiva entrada del matador en su plaza. El próximo uno de mayo, precisamente, hará el paseíllo junto a Morante de la Puebla y Pablo Aguado para estoquear esos toros charros de Domingo Hernández que han acompañado algunos de los grandes acontecimientos más recientes en el coso sevillano.

De la misma forma, la ganadería de Santiago Domecq se había hecho acreedora del apartado ganadero de estos prestigiosos trofeos -los rotundos toros de bronce de Ramos Rejano- como reconocimiento al resultado global de esa corrida lidiada el pasado año -la que le gustaría embarcar a cualquier ganadero para la plaza de la Maestranza- en la que sobresalió el juego de grandioso ejemplar llamado Tabarro al que el diestro onubense David de Miranda le cortó las dos orejas. Santi Domecq iba a recoger el trofeo -Rosana volvía a mostrar su buen gusto- de manos de un compañero de gremio, mienbro del jurado, como José Murube Ricart, guardián de una estirpe fundamental para entender la genealogía del toro bravo.

Al evento no faltaron caras conocidas del toro, la ciudad y la farándula y hasta la política -el infatigable Ricardo Sánchez o Antonio Muoz- aunque el luto por la muerte del papa Francisco obligó a declinar la invitación por parte de las primeras autoridades municipales. Un sentido minuto de silencio sirvió para recordar la figura del Pontífice que ya es velado bajo la inmesidad de las naves de la basílica de San Pedro. Pero el recuerdo del sucesor de Pedro no estaba reñido con las promesas y esperanzas de un nuevo serial taurino que está a la vuelta de la esquina.

La entrega de premios contó con la habitual introducción poética, lírica y musical de José León, acompañado al toque por Antonio Romero Pantoja. León volvió a acabar con el cuadro, y de qué manera, trazando un impresionante y emocionante aguafuerte literario para glosar a los premiados y ese mundo sensorial de la Baja Andalucía -sin olvidar la faena de Juan Ortega y los toros de Santiago Domecq- que le sirve de inspiración.

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