San Miguel: 150 años de toros

EVOCACIÓN

El ciclo septembrino, que nació para reforzar la decadencia ganadera de la Feria de Abril, cumple siglo y medio de historia

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Panorámica de la plaza de la Maestranza, anterior a 1880, muy similar a la que debió acoger la primera edición de la feria de San Miguel.
Panorámica de la plaza de la Maestranza, anterior a 1880, muy similar a la que debió acoger la primera edición de la feria de San Miguel. / Archivo A.R.M.

Sevilla, 26 de septiembre de 1875. Hace siglo y medio justo. El cartel, con la tipografía y la retórica de la época, anunciaba al infortunado diestro cordobés Manuel Fuentes Bocanegra y a José Campos (sic) Caraancha, para estoquear un encierro de Joaquín Pérez de la Concha -el hierro, tanto tiempo después, está hoy en poder de Morante de la Puebla- advirtiendo que su procedencia era de otra mítica ganadería que fue reina de la Marisma, la de Concha y Sierra. La corrida prologaba el estreno de una nueva feria en el calendario festivo hispalense. Venía a suplir la decadencia ganadera de la Feria de Abril ideada en 1846 por Narciso Bonaplata y José María Ybarra que, siendo ya alcalde, impulsaría este nuevo ciclo festivo que sobreviviría como mercado de ganado hasta 1970 y ha pervivido -con una efímera resurrección lúdica a comienzos de este siglo- como pujante serial taurino hasta nuestros días.

El resultado del festejo hay que buscarlo entre los papeles del investigador y tratadista taurino Luis Rufino Charlo. Queden para la historia también los nombres de los seis toros que inauguraron la feria: se llamaban, por orden de lidia, Coyundo, Machuno, Granadero, Tahonero, Primoroso y Taconero. Rufino, que ha documentado los orígenes de la celebración, rescata la reseña del diario La Andalucía que, con fecha del 28 de septiembre, advertía que aquella corrida inaugural había sido “fecunda en incidentes” doliéndose del pobre juego del ganado y del escaso tino de los matadores. Bocanegra no se libró de un percance y, a modo de curiosidad, la reseña recoge el número total de caballos muertos: 14 pencos para el arrastre en una fiesta que no entendía de remilgos.

El corajudo diestro cordobés Bocanegra, que resultaría herido, fue el encargado de estoquear el primer toro que se lidiaba en la historia de la Feria de San Miguel.
El corajudo diestro cordobés Bocanegra, que resultaría herido, fue el encargado de estoquear el primer toro que se lidiaba en la historia de la Feria de San Miguel. / Archivo A.R.M.

Pero... ¿En qué entorno se movieron aquellos toreros decimonónicos? En 1875 aún quedaban cinco años para el cerramiento total de la plaza de la Maestranza que, a falta de las arquerías de las gradas pares de Sol, ofrecía el fabuloso espectáculo de las naves catedralicias y la mismísima Giralda asomándose por encima de los viejos tendidos de piedra que retratan los cuadros y los grabados románticos. Hacía sólo 23 años que el puente de Triana, había sustituido a la antiquísima pasarela de barcas y 150 años después, en la era de la inteligencia artificial, la Feria mantiene su salud con perspectivas de seguir ampliando su metraje.

Cartel para la historia: Bocanegra y Caraancha torearon la primera corrida de la Feria de San Miguel el 26 de septiembre de 1875, hace justo siglo y medio.
Cartel para la historia: Bocanegra y Caraancha torearon la primera corrida de la Feria de San Miguel el 26 de septiembre de 1875, hace justo siglo y medio. / Archivo Luis Rufino

Un apresurado repaso histórico

Desde aquella corrida inaugural la feria de San Miguel ha sido pródiga en acontecimientos que ya pertenecen a la propia historia del toreo. Podríamos empezar por las alternativas de los hermanos Emilio y Ricardo Torres, de la dinastía de los Bomba en 1893 y 1899 o la del propio Rafael El Gallo en 1902. La de su hermano José llegaría diez años más tarde, el 28 de septiembre de 1912. El coloso de Gelves toreó los tres festejos de aquella Feria aunque su nombre no volvería a figurar en la cartelería de San Miguel hasta 1915, estoqueando en solitario un encierro de Santacoloma que le valdría la primera oreja concedida en la plaza de Sevilla. Son los años de Gaona, Belmonte o el propio Rafael Gallo que al año siguiente cortaría las dos orejas por primera vez en el coso maestrante de un toro de Gamero Cívico.

Joselito tomó la alternativa de manos de su hermano Rafael en la feria de San Miguel de 1912
Joselito tomó la alternativa de manos de su hermano Rafael en la feria de San Miguel de 1912 / Archivo A.R.M.

La efímera Monumental de Sevilla, alentada por el propio Joselito, haría duplicar la feria en dos escenarios los tres años (1918-1920) que estuvo en funcionamiento. Rafael el Gallo, precisamente, escogería la plaza de Eduardo Dato para despedirse –con billete de vuelta– en 1918. Su hermano no se lo perdonaría. En 1919 hay que anotar otro hecho singular: la alternativa de dos toreros en la misma ciudad, el mismo día y prácticamente a la misma hora: fueron la de Juan Luis de la Rosa, doctorado por Gallito en la Monumental y la de Manuel Jiménez Chicuelo, que recibió los trastos de manos de Belmonte en Maestranza. En 1920 aún actuaría el infortunado Granero por San Miguel y en la Monumental. Había tomado la alternativa el día anterior, en la misma feria pero en otra plaza: la de la Maestranza.

En 1919 llegarían a celebrarse dos alternativas simultáneas en las dos plazas de la ciudad: las de Juan Luis de la Rosa, en la Monumental, y la de Chicuelo en el coso de la Maestranza

La muerte de José sella esa época y abre la puerta a una nueva generación de toreros. En Sevilla brilla con luz propia el nombre de Chicuelo junto al de Marcial Lalanda, Algabeño, Posada... También hay que anotar la alternativa de otro torero caído, Manolo Litri. El genial diestro de la Alameda de Hércules corta un rabo en 1924; otros dos se anota Belmonte en 1925 y 1926. Pero el trianero corta ¡dos! en el 27 para celebrar las Bodas de Plata de la alternativa de El Gallo. Sevilla ya apunta a la Exposición Iberoamericana del 29, resuelta con tres tardes en San Miguel que aprovecha Marcial para llevarse los máximos trofeos, los mismos que obtiene Manolo Bienvenida en 1930 para cerrar la década.

Los años 30 conducen sin remedio a la Guerra Civil. No habría feria en 1936 ni 1937 pero antes hay que anotar otros triunfos como el rabo logrado por Antonio Pazos en la novillada de 1932. En 1938 retorna cierta normalidad. Pepe Luis, que actúa ese año como novillero aparece como matador en el cartel del 40. Es el momento de una nueva generación de toreros eclipsados por la poderosa aura de Manolete, que no llegó a anunciarse nunca en los carteles otoñales.

Diego Puerta tomó la alternativa en la Feria de San Miguel de 1958

Hablamos de Gitanillo, Ortega, El Andaluz o el gran Carlos Arruza, que corta tres orejas en 1946, los mismos trofeos que se lleva Parrita un año más tarde y Manolo González en el 49. En los 50 aparecen otros nombres, como el de Antonio Ordóñez aunque el acontecimiento de la década –además de las tres orejas de Ostos en el 57– es la alternativa de Diego Puerta en el 58 que nos lleva de la mano a los prodigiosos 60. Es el tiempo de Romero, Ostos, Mondeño o El Cordobés además de un jovencísimo Paquirri, que corta tres orejas en el 66.

Poco hay que contar en los ásperos 70, más allá de las tres orejas de Marismeño en 1972, cúspide de una década en las que se repiten nombres como el de Manolo Cortés, Rafael Torres o José Antonio Campuzano. El repaso a los 80 ofrece más titulares: el primero es la presencia de Manolo Vázquez en las tres temporadas de su reaparición: 1981, 1982 y 1983. La primera tarde de 1984 se aplazó por la muerte de Paquirri, enterrado a la misma hora que había que sortear. Aplazada a la mañana siguiente fue el escenario de la mejor tarde de Pepe Luis Vázquez en Sevilla. Otro Pepe Luis –Vargas– corta cuatro orejas en el San Miguel de 1985. En 1987 toma la alternativa Luis Miguel Calvo, filmada para ser incluida en el capítulo final de la recordada serie Juncal. Un año más tarde hay que apuntar el mayor triunfo sevillano de Roberto Domínguez.

Morante interpretó un recital inolvidable en la Feria de San Miguel de 2022.
Morante interpretó un recital inolvidable en la Feria de San Miguel de 2022. / Juan Carlos Muñoz

Cambiamos de década y aparecen nuevos nombres junto a otros más añejos como el de Curro Romero, que dobla en 1992, el mismo año que el rey Juan Carlos presencia dos de las corridas y Jesulín se reivindica con un torazo de la Viuda de Garrido. En el 93 hubo hasta aviso de bomba y en el 95 hay que anotar a Emilio Muñoz saliendo por la Puerta del Príncipe. La edición de 1998 tenía el aliciente de ver encerrarse a Joselito con seis toros aunque el gesto acabó en fracaso y se saldó con la retirada inesperada del madrileño. La cosa cambia un año después. Ponce abre la única Puerta del Príncipe de su carrera el mismo día que se despedía Litri. Un año después llegarían los escándalos: la caída del cartel original de Curro Romero y Morante –también del viejo Manzanares– sentenciaría la retirada del camero y las malas relaciones del torero de La Puebla con la empresa Pagés, que ese año había quedado en manos de Eduardo Canorea y Ramón Valencia por el fallecimiento del recordado Diodoro Canorea.

La Feria de San Miguel no pudo celebrarse en 2020 por culpa del covid pero al año siguiente se convirtió en el contenedor de la totalidad del abono taurino

En la historia más reciente hay que anotar la retirada de Espartaco en 2001 y triunfos resonantes como el de Víctor Puerto en 2002 pero uno de los mayores acontecimiento llegaría con la rotunda Puerta del Príncipe que abrió Manzanares en el confín de sus años de gloria. Por ahora. Terminamos dando saltos hasta posarnos en la que no se celebró, la de 2020, por imperativo del covid que mandó toda la temporada al cuerno. Aplazada la programación taurina prevista para primavera, la Feria de San Miguel de 2021 iba a convertirse en el contenedor de todo el abono preparando el terreno del definitivo reinado de Morante de la Puebla -heroico con un toro de Juan Pedro- que al año siguiente deleitó con una bellísima sinfonía que remataba otro año para el recuerdo. Sin poder comparecer en 2023 ni 2024 por culpa de sus fantasmas personales, este domingo, vuelve a estar anunciado…

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