El sevillano Valdenebro eleva su listón y Moura, único trofeo
Festejo de rejones de escaso contenido en Las Ventas con tres jóvenes valores del arte de Marialba, en el que el portugués Joao Moura consiguió el único trofeo en un espectáculo en el que destacó y estuvo a buena altura -a excepción de con el rejón de muerte- el sevillano Luis Valdenebro y decepcionó el onubense Andrés Romero. Todo ello en una tarde con algo más de medio aforo cubierto; la entrada más pobre en esta Feria de San Isidro.
Luis Valdenebro demostró que ha dado un salto cualitativo importante esta temporada. Elevó su listón. De hecho, perdió premio en sus dos toros por su desacierto con los aceros. Con su primero, realizó una faena interesante, que malogró con el rejón de muerte. Prendió únicamente un rejón de castigo para dejar con recorrido al nobilísimo animal, tras tentativa de otro rejón al aire. Montando a Escondido toreó bien de costado, con el toro pegado a la cola. Dos buenas banderillas, una de dentro afuera, en la que le tropezó la cabalgadura. Tras una pasada en falso al quiebro, alcanzó una gran altura con Mosca, especialmente tras prender un palo, de manera muy arriesgada, del que salió apurado. Cerró con banderillas cortas -la primera cayó en la arena-. Y remató su obra con dos pinchazos.
El sexto fue devuelto tras lastimarse en la lidia. Lo sustituyó un sobrero, con el hierro de Benítez Cubero. Valdenebro realizó una buena lidia, con buena monta y sin alardes. Brilló en banderillas sobre Bailarín. Una labor que iba camino de ser premiada. Pero dio un mitin con el rejón de muerte y se tuvo que conformar con una ovación.
Joao Moura, muy en la escuela portuguesa, con sobriedad buena monta y correcta lidia, cortó la única oreja del festejo. Con el que abrió plaza, un ejemplar noble, el portugués realizó una faena correcta, con alguna pasada en falso, en la que lo más brillante lo consiguió a lomos de Aquiles, clavando de frente. Mató de rejón caído y fue ovacionado.
Elevó el nivel lidiador Joao Moura ante el cuarto, un ejemplar reservón, que echaba la cara arriba. Estuvo especialmente brillante sobre Aquiles. Limpia suerte de poder a poder. Cerró con corta sobre Dalí y como mató al primer envite hubo petición de oreja, que fue concedida.
Andrés Romero tuvo una actuación deslucida. Con el segundo, con nobleza y distraído de salida, el onubense realizó una labor pobre, que inició prometedoramente cuando puso un toque campero en la salida, lidiando con el marsellés en mano. Luego, con Cheque no midió bien las distancias con la velocidad del toro y falló reiteradamente antes de prender una banderilla. Cerró con cortas y tampoco estuvo acertado en la suerte suprema. Con el quinto, reservón, logró lo más destacado a lomos de Guajiro y sus piruetas, tras recibir al astado con el marsellés en mano con Perseo. Cerró con banderillas cortas, montando a Chamán. Estuvo desacertado con el rejón de muerte, precisando de tres pinchazos antes del rejón definitivo.
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