Chema Cobo (1952) es un artista nacido en Tarifa, lugar de encuentro entre diferentes culturas, puerta de Europa a África, atlántica y mediterránea. Cursó estudios de Filosofía y Letras y se inició en el mundo de la imagen a través del cine, que más tarde abandonaría -formalmente no volvería a rodar- para dedicarse de lleno a las artes plásticas. Es también un avezado lector y diestro escritor. Sus aforismos son prueba de ello, todo un recetario absurdo, apocalíptico, divertido y demoledor al mismo tiempo.

Ahora la Universidad de Sevilla presenta en el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla -Cicus-, una muestra del artista. Una propuesta que nace tras la adquisición de ocho de sus dibujos, fechados entre el 77 y 79 y que posibilita que por primera vez tengamos la oportunidad de ver públicamente en su conjunto.

Con la excusa de dar visibilidad a esta reciente incorporación al patrimonio universitario, se han contextualizado estos dibujos con otra parte de su trabajo para acercarnos todo lo posible al universo del artista. Esta exhibición podría ser ésta, pero también podría haber sido otra, nacer de otra manera. Un artista como Chema Cobo, con una dilatadísima carrera profesional y una vasta producción, tan poliédrico, tan críptico, habría dado numerosas posibilidades expositivas.

Obra de Chema Cobo.

Bajo el título El clamor de las moscas, la Hispalense acoge un trabajo situado más al margen de discursos oficialistas o institucionalizados. Dibujos y bocetos procedentes del archivo personal y más íntimo del artista, muchos de ellos nunca expuestos anteriormente. Atendiendo a la naturaleza del centro que nos acoge, planteamos esta muestra como un lugar de investigación, análisis y reflexión, donde el grueso de la obra que se exhibe no se haya visto antes o no desde las perspectivas que aquí intentan arrojar. Se pretende con ello abrir nuevas vías de exploración y conocimiento sobre la trayectoria de Chema Cobo.

Tenemos ante nosotros a uno de los artistas españoles más irreverentes y ácratas. Ha vivido en Tarifa, Sevilla, Madrid, Nueva York, Chicago, Bruselas y Roma entre otros lugares. Fue uno de los integrantes de la Nueva Figuración Madrileña de los 70, los llamados esquizos. Ahí realizó un trabajo irónico, ácido y sobre todo libre de cualquier atadura, arrojando al mundo de las artes plásticas españolas una nueva visión más allá del informalismo gris que lo dominaba todo.

Desde muy joven ha estado presente en las colecciones internacionales más importantes como lo son el Metropolitan y el MoMA en Nueva York o el Museo de Arte Moderno de Chicago. En España su obra forma parte de las colecciones del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía o el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo entre otros y desde hace poco, podemos encontrarlo en la colección de la Universidad de Sevilla.