Restaurantes

Dónde tomar unas ostras con champán: Barlovento, bocados yodados y burbuja fina

Javier Fernández y Domingo Pérez, ante unas ostras y una fresca manzanilla en Barlovento.

Javier Fernández y Domingo Pérez, ante unas ostras y una fresca manzanilla en Barlovento. / D.S.

Fred Astaire y Ginger Rogers, Cary Grant y Katharine Hepburn, Olivia Newton-John y John Travolta. Ostras y vino espumoso. Parejas que saben de cine. Por química y hasta por física. No hizo falta que Robert Oppenheimer, tan de actualidad, lo demostrara al mundo con una ley irrefutable. Combinados son una explosión atómica en la boca.

Y en Sevilla, en un rincón castizo como pocos, quienes quieran celebrar algo, o simplemente la vida, tienen un rincón donde tomar ostras frescas con un buen espumoso: Barlovento, en Conde de Torrejón 21, casi en la confluencia con Feria.

Ostras al natural, o picantes con el acertado toque ahumado del chipotle, o la ostra jerezana, donde el ajo y la mantequilla funden con un oloroso que le da un marcado acento sureño. En la copa, una fresca manzanilla sanluqueña.

Domingo Pérez, distribuidor de vinos, y Javier Fernández en la cocina y la barra (, regentan este recoleto y acogedor local, que puede albergar hasta a 24 comensales sentados. Barlovento tuvo su matriz en abril de 2021, con la Champanería de Feria. Pero la evolución natural llevó a un concepto más reposado y maduro, con una carta más amplia y una base culinaria más sólida.

El tartar de gamba blanca con kimchi, miel y hierbabuena. El tartar de gamba blanca con kimchi, miel y hierbabuena.

El tartar de gamba blanca con kimchi, miel y hierbabuena. / D.S.

Y así, Javier Fernández sirve unos tomates azules con anchoas, aceite verde y crema de altramuces (qué infravalorado el altramuz en las mesas…) que, aleluya, saben a tomates (9,50 euros). Y una original sopa fría de crema de cacahuetes (algo granulosa) con dulce tartar de gamba blanca, trufa y wasabi (12,00).

Quienes quieran alejarse de la costa, al menos de forma momentánea, se pueden entregar al foie mi cuit que ellos mismos elaboran, con ganache y mermelada de naranja amarga (9,00), cuya sabrosa grasa limpia en el paladar un buen vino espumoso.

Uno de los platos emblemáticos de la casa es el tartar de gamba blanca, kimchi, miel y hierbabuena. Se sirve en una quenelle al extremo de una finísima y alargada regañá (8,50). Hay que extenderlo y a la boca, donde todo encaja. “Hay gente que lo tiene claro y viene expresamente a tomarse este bocado y un buen vino espumoso”, reconoce Javier. En este caso, un Júlia Bernet (Corpinnat) con la personalidad de su elaboración, 100% xarel·lo.

Sigue la cena con el brioche de sardina soasada sobre paté de anchoas casero y chutney de piña. Para acompañarlo, la mano de Domingo nos trae un buen champán: JM Gobillard et Fils Brut. El fantástico Blanc de Blancs de la misma bodega, abrocha el ágape con una adictiva minihamburguesa de atún rojo.

“Al principio, esto era una moneda al aire”, confiesa Domingo. Y salió cara. Los jueves, Barlovento sirve un menú degustación, de 21,30 a 23,00 horas y a 74 euros, con ocho platos y dos postres, maridados con manzanilla y cream en el comienzo y el final. Y por supuesto, vinos espumosos y champán. Como Ingrid Bergman y Cary Grant en Encadenados.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios