El Cerezo une lazos entre los vecinos

Andalucía se ha ido vistiendo de multiculturalidad paulatinamente. En Sevilla, el foco principal se encuentra en la zona de la Macarena, y más concretamente, en el barrio de El Cerezo, por ser el que presenta precios más económicos tanto a la hora de adquirir o alquilar una vivienda como a la hora de hacer la compra. Sin embargo, pasear por sus calles es sinónimo de riqueza cultural, plasmada en comercios de todo tipo y rostros dibujados por rasgos bien distintos. Pero, donde hay variedad, hay conflicto. Aquí es donde cobra sentido la tarea de la Fundación Sevilla Acoge (FSA) que, desde 2006, es la encargada de liberar la tensión generada en el transcurso diario y propiciar la convivencia de la zona.

El campo de acción del colectivo está centrado únicamente en la barriada de El Cerezo y tiene como objetivo principal "la inserción de los inmigrantes en esta sociedad, sin renunciar a lo que son, así como dar a conocer sus aportes, sus valores, sus culturas, y considerando su presencia como un hecho positivo socialmente". El trabajo con los jóvenes, el fomento de la participación comunitaria, ya en la población adulta, y la implicación en general en las actividades por parte de los vecinos son las tres vías de acción inmediatas que se trabajan de forma continua.

Bajo el lema Unir sin confundir, distinguir sin separar, el equipo de Sevilla Acoge lleva a cabo sus necesarias aportaciones, contando con la ayuda de un buen número de voluntarios, los que cuentan con cierta formación en materia intercultural. Husseim, empleado perteneciente al Centro de Acción Comunitaria, afirma: "Creemos que esto debe ser el resultado del encuentro entre personas con distintas culturas que va evolucionando y abriéndose, y que a su vez suscita la incorporación de nuevos valores que fomenten el respeto a la igualdad".

La fundación conoce las dificultades que entraña la convivencia entre residentes antiguos e inmigrantes, y es por ello por lo que se plantea como una de sus metas la implicación de los recién llegados a las asociaciones vecinales. Se trata de una carrera de fondo que comienza a dar sus frutos.

La última actividad que realizó la entidad hace apenas unas semanas, -con la ayuda de Accem, Anima Vitae y Codenaf-, convocó aproximadamente a 200 vecinos autóctonos e inmigrantes. El proyecto, incluido dentro del plan piloto Barrios Plurales, fue financiado por el Fondo Europeo para la Integración, el Ministerio de Trabajo e Integración y la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía. El encuentro vecinal, que llevaba el nombre de ¡Vecino, baja a tomarte algo conmigo!, sirvió para reflejar y potenciar la línea de acción de la fundación en un ambiente distendido. Actuaciones musicales, avituallamiento, talleres de trenzas africanas o tatuajes de henna mostraron la realidad de una zona rica por su multitud de nacionalidades.