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Navidad en Sevilla

Osos polares en la Avenida de la Constitución

  • Arktika volverá a salir desde la Plaza de San Francisco hasta el Archivo de Indias esta tarde a partir de las 20:00

El oso polar por las calles de Sevilla

La Navidad es tiempo para los niños, como los que han salido a la calle para conocer la historia de la osa polar Nanuka y su hijo Nanuket. El deshielo está llegando a los cascos polares y la comida comienza a escasear. Osos polares y pingüinos buscan nuevos caminos y han llegado hasta Sevilla para recorrer miércoles y jueves 27 la Avenida de la Constitución desde el lado del Banco de España de la Plaza de San Francisco hasta el Archivo de Indias a partir de las 20:00.

La osa polar Nanuka y su osezno Nanuket han decido dar este paseo durante dos días, este miércoles y este jueves, acompañados por pingüinos, mucho sonido y efectos especiales. Estos osos de Arktika son parientes lejanos de los insectos y dragones que tomaron la Fábrica de Artillería hace un año puesto que ambos espectáculos son de la compañía Sagurra. El pasacalles de los osos polares se presentó en el año 2016 en el Festival Santiago a Mil de Chile.

Lo que está claro, es que la calle es de los niños durante la Navidad. Niños que miran a los osos con los ojos muy abiertos y alguna que otra media sonrisa entre miedo y asombro.Y sobre todo, una impresionante bulla de carritos. Padres, madres, abuelos, una castañera que de pronto se ve invadida por la masa que llega hasta la avenida de la Constitución. Y en los momentos previos, siempre, los pactos. La frase más repetida es: “En cuanto se vea algo, te cojo en brazos, mientras te quedas en el suelo”.

Porque los protagonistas del pasacalles no dejan indiferente a nadie. Nanuka, que mide 11 metros de largo y 4,5 de altura, pasa casi rozando las guirnaldas de Navidad de la Avenida y provoca un cierto desconcierto cuando decide acercarse hacia un lateral de la calle para esquivar la iluminación navideña de la farola. Su hijo, el osezno Nanuket, que mide 4, 5 metros de largo y 3 de altura, pasó un tanto desapercibido porque la osa madre impresiona abriendo y cerrando la boca, casi tanto como con los ojos encendidos con una luz brillante. Aunque algunos niños se asustan un poco, otros lo llaman diciéndole “guagua”.

Todos se contagiaron de un espectáculo donde, además de la alegría y la fiesta, hay un claro mensaje de respeto al medio ambiente y, sobre todo, de la necesidad de cuidar el entorno.

El pasacalles tiene una duración aproximada de una hora. Los osos juegan con el público y las personas que están asomadas a los balcones e, incluso entre ellos, porque hay veces que Nanuket está más interesado en hacer amigos entre los niños que observan su desfile que en seguir a su madre y a los pingüinos.  Un ambiente mágico creado por una docena de ilusionistas que dan vida a los animales utilizando cuerdas y varas.

Pero el espectáculo no está solo en los osos desplazándose por la Avenida de la Constitución. El glaciar móvil y la música en la que se mezclan ritmos como el drum&Bass, funky y música electrónica también ayudan a crear ambiente. 

Esta es una actividad incluida en el programa Alumbra 2018, que llenará la ciudad durante la Navidad con más de 80 actividades que tienen como protagonistas principales a la familia y los niños.

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