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La lluvia regresa este fin de semana a Sevilla

Salir a comer: Cenas en un patio que rebosa historia

1. El Patio de la Cruz es el escenario de las veladas que propone para este verano el restaurante del hotel. 2. El tatín de manzana es uno de las propuestas más dulces del chef Xavier Estrany. 3. Ensalada de hojas tiernas con melón, salmón ahumado, jamón ibérico y agridulce de jengibre. 4. Ajoblanco con kumato, membrillo, manzana verde y queso parmesano.
Ángela Serrato

10 de julio 2014 - 01:00

En el siglo XVIII, el edificio que ocupa hoy el hotel Hospes Las Casas del Rey de Baeza era uno de los muchos patios de vecinos en torno a los cuales giraba la vida en la Sevilla de la época. El paso del tiempo no ha hecho más que acentuar el encanto de un inmueble que se ubica en pleno casco histórico y que cada año recibe la visita de turistas de todo el mundo en busca de un lugar único para disfrutar de su estancia en la capital. Pero el hotel ha sido diseñado para que también los sevillanos puedan disfrutar de una experiencia diferente sin salir de la ciudad. Eso, precisamente, es lo que propone para este verano su restaurante Azahar, al frente del cual está el chef Xavier Estrany. El Patio de la Cruz, uno de los rincones más bellos del hotel, es el escenario de una velada que traslada al comensal a esa época en la que la noche, como la cena, se disfrutaba sin prisa y bocado a bocado.

El empedrado de la Plaza Jesús de la Redención es la primera señal de que el umbral a otro mundo -más calmado y sencillo- está muy cerca. Al traspasar la puerta del hotel, el olor a patio andaluz confirma esa primera intuición. Como en cada uno de los establecimientos de cinco estrellas que Hospes tiene por todo el país - Madrid, Mallorca, Valencia, Alicante, Granada, Córdoba y Cáceres-, éste parece haber encontrado la fórmula perfecta para combinar lujo y comodidad sin perder un ápice de su historia. Eso, al menos, es lo que se desprende de un edificio que conserva intacta la estructura de madera de sus patios y cuya decoración se nutre de elementos de la época por los que parece no haber pasado el tiempo.

Empieza a caer la noche y en el Patio de la Cruz ya está todo listo para la cena, que irá tomando forma a partir de la carta que el chef -un mallorquín que comenzó en la cocina a los 14 años y que desde hace diez dirige la de este hotel- ha elaborado para este verano que acaba de comenzar. "Cocina andaluza actualizada" es la forma en que la define cuando se le pregunta. En la práctica, los platos de Azahar están llenos de matices porque fusionan de manera casi intuitiva el sabor de lo local con la creatividad de un equipo que comparte dos premisas irrenunciables: productos de calidad y un servicio que haga sentir al cliente como en su propia casa.

La cena comienza con una degustación de sales y una copa de vino de la amplia bodega del restaurante. A partir de ahí, lo difícil es elegir entre los platos que recoge la carta de verano de Azahar, algunos muy populares entre los asiduos durante todo el año al restaurante, cuyo salón interior -con capacidad para 42 comensales sentados- es escenario habitual de catas, presentaciones y reuniones de trabajo y también de eventos sociales. Es el caso de los raviolis de setas y langostinos con láminas de trufa, la parrillada de verduras frescas con jamón ibérico, los huevos estrellados con patatas, pimientos y jamón o la lubina al horno con patatas confitadas. De corte más veraniego, reseñables son propuestas como la ensalada de hojas tiernas con melón, salmón ahumado, jamón ibérico y agridulce de jengibre; el ajoblanco con kumato, membrillo, manzana verde y queso parmesano; los tallarines negros salteados con calamar y daditos de calabacín a la albahaca o la lasaña de cola de toro al Pedro Ximénez gratinada con queso viejo. En el apartado de dulces, merece la pena probar la tarta de mousse de tres chocolates o el tatín de manzana.

Para los indecisos, Azahar ha diseñado un menú degustación -25 euros- y da la posibilidad de servir platos para compartir. Además, los que busquen una velada aún más especial pueden optar por un menú que incluye cena y masaje para dos (100 euros) en el espacio Bodyna, ubicado en la azotea del hotel. Allí se encuentra también la piscina y solarium, abierta al público general y donde se sirve durante el día una carta propia que incluye tapas y cócteles.

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