35 años añorando el esplendor

Tras tres década de declive, los comerciantes del Arenal se reinventan y luchan por atraer a un nuevo público

35 años añorando el esplendor
35 años añorando el esplendor
Cristina Díaz

07 de enero 2014 - 01:00

No son tan lejanos aquellos años en los que el edificio del actual mercado de la calle Pastor y Landero concentraba el mayor volumen de negocio de la ciudad. Con un cuidado estilo de corte andalucista, el arquitecto Juan Talavera y Heredia diseñó el edificio con el fin de albergar una serie de servicios municipales: un Mercado de Entradores que funcionara como almacén de frutas y verduras de toda la ciudad, un mercado de abastos para el barrio y una serie de viviendas para funcionarios municipales. El edificio vivió sus años de esplendor durante la década de los 50 y 60, hasta que en 1977 se procedió al traslado del citado Mercado de Entradores a las nuevas dependencias municipales del actual Mercasevilla, lo que dio lugar a un importante punto de inflexión y declive en la actividad comercial.

Treinta y cinco años después, la Asociación de Comerciantes del Mercado del Arenal, que actualmente preside la pastelera Anabel Reyes, lucha por levantar la plaza y atraer a un público diferente mediante la apertura de nuevos puestos con una actividad comercial alejada de las tradicionales carnicerías y fruterías. Es el caso de la propia Anabel Reyes, que regenta desde hace cuatro años la pastelería Veganitessen, con productos para vegetarianos e intolerantes a la lactosa. "Hace unos años había muchos puestos cerrados. La gente entraba y se llevaba una imagen negativa de la plaza. Pero esto está cambiando gracias a la apertura de nuevos negocios como Sevilla de Ópera, una tienda de trajes de flamenca con telas asiáticas, otra de productos ecológicos o una oficina de alquiler de bicicletas", señala la presidenta de la asociación de comerciantes. "Pero no ha sido fácil. Al principio costó mucho que el Ayuntamiento concediera la licencia para abrir nuevos negocios. Puso muchas trabas, sobre todo a los bares".

Dos de los últimos locales del sector de la hostelería en abrir han sido la Taberna El Pópulo y L3 Afterwork. Al frente del primero de ellos, abierto desde el pasado mes de febrero, se encuentra Alejandro Domínguez. Especialista en pinchos vascos, el empresario reconoce que la apertura de este tipo de negocios y sus horarios -que abren por la tarde y, como él, de jueves a domingo hasta las 00:00- ha animado la vida en la plaza: "Durante años esto ha estado muerto. Ahora hay una oferta mucho más variada y que atrae a gente joven". Por otro lado, el joven Nacho de Silva abrió hace unos ocho meses L3 Afterwork, un local especializado en la fusión de la cocina española y la internacional. "Antes este puesto era una pescadería y, cuando entré, decidí dejar la barra donde se exhibía el pescado y ofrecer así una imagen diferente", explica el empresario formado en la Taberna del Alabardero y especialista en arroces y hamburguesas de atún. "Mi cocina es muy innovadora y existe un trato personal con el cliente, que ve cómo cocino en directo", dice.

Cuatro meses escasos lleva abierto Arte y Café Tinto de Huila, propiedad del colombiano Sneider Rivera y el andaluz Carlos Lerma. "Preferimos abrir el negocio aquí dentro porque éste es un enclave especial, en pleno centro. Además, al ser una concesión administrativa, el alquiler es más barato", comenta Rosario Lerma, hermana de uno de los socios. Tinto de Huila ofrece café natural de Colombia. "Traemos el grano verde y lo tostamos aquí. Además, ofrecemos un café personalizado, según el gusto del cliente. Éste puede tomarse una taza caliente aquí o comprar paquetes de café, molido o en grano, en función de la cafetera que tenga en casa ", explica Lerma. En esta cafetería gourmet también se venden otros productos confeccionados a base de café, como velas con aromas, cosméticos y tazas. "Además colaboramos con la organización Farmacéuticos Sin Fronteras y vendemos objetos pintados a mano".

Pero lo que hace especialmente peculiar a este solar -que siglos anteriores albergó el convento del Pópulo y una cárcel- es la sala de espectáculo Sevilla de Ópera, dirigida por Francisco Oliva. Abierto en mayo de 2012, Sevilla de Ópera ofrece cada viernes y sábado un espectáculo lírico protagonizado por cantantes de primera línea como la soprano Shachika Ito, el barítono Ricardo Llamas, el tenor Carlos Llabres o la pianista Justine Verdier, entre otros. "El escenario tiene 360 grados. Usamos todas las puertas del local para sorprender al público", señala Oliva, con 20 años de experiencia en los teatros. "El espectáculo está pensado para que el espectador interactúe con los artistas. Del mismo modo, la sensación del cantante es diferente cuando se ve rodeado de gente". Francisco Oliva asegura que al principio el resto de comerciantes se mostraron un poco reticentes a la idea porque "no creían que fuese posible ofrecer ópera en el mercado", pero, poco a poco, "los comerciantes se están adaptando a los nuevos negocios y a sus horarios".

Sin embargo, Oliva reconoce que la actual crisis económica que azota al país está afectando de manera notable el desarrollo de la sala: "Quizás, si lo hubiéramos hecho en otro momento nos hubiera ido mejor. Aunque, dejando a un lado la crisis, sería interesante que las administraciones públicas de la ciudad ayudasen más a iniciativas de este tipo", afirma el productor. "No puedo concebir, por ejemplo, que el Ayuntamiento se gaste miles de euros en un proyecto cultural sobre la ópera en Sevilla y no incluya nuestra sala".

Al margen del campo cultural, la directiva de la Asociación de Comerciantes del Mercado del Arenal se muestra descontenta por la atención que el gobierno local presta al mantenimiento de la plaza de abastos. "Los propios comerciantes hemos tenido que pintar el recinto sin ayuda del Ayuntamiento, cuando se supone que ellos deben encargarse del mantenimiento del edificio", indica Anabel Reyes, presidenta de la asociación. "No tenemos aire acondicionado y en verano el calor es insoportable", continúa Reyes. Por su parte, Vicente Torres que regenta la enoteca Donde los Vinos habla de la poca luz del edificio: "La bóveda está sucia, habría que limpiar la parte exterior de las vidrieras para que entrara la luz. De este modo, el mercado no tendría una imagen tan lúgubre". Torres -que se dedica a la distribución y venta directa de vinos desde hace cinco años, además de impartir cursos de iniciación- considera esencial la unión de todos los agentes implicados para el crecimiento del mercado: "Falta coordinación y agilidad. Es necesaria una mayor unión entre los comerciantes y el Ayuntamiento para levantar y darle vida a esto". Este periódico se puso en contacto sin éxito con el Consistorio sevillano para conocer las actuaciones previstas para el próximo año en esta plaza de abastos.

Juan Manuel Peña, al frente de su negocio de persianas y cestas de mimbre artesanales desde hace 35 años, entona el mea culpa: "Esto está muy parado. Creo que todos hemos participado en la decadencia del mercado", señala a sus 67 años y rodeado de los cinturones artesanales de los nazarenos de la Hermandad de la Pasión. "Esto es un barrio de personas mayores y los comerciantes se mantienen gracias a la clientela fija". Ana María Sobrino, dueña de la carnicería Recova, tiene la misma opinión. "Llevo trabajando 34 años, pertenezco a la cuarta generación de carniceros, y me entristece mucho ver el mercado así. Yo me mantengo gracias a los clientes fijos, pero o cambiamos el sistema o nos morimos de hambre", señala a la vez que despluma codornices. "La gente trabaja por la mañana y compra por la tarde, pero nosotros vendemos un producto perecedero y no es tan fácil abrir por las tardes y mantener la calidad del producto". Los ingredientes están, ahora sólo falta combinarlos bien para brillar.

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