Fundada en 1999, Bodega Doña Felisa nace como una apuesta personal de sus fundadores, José María Losantos y su mujer, Gema Alonso. De raíces burgalesas, esta pareja descubrió la ciudad de Ronda y al instante se enamoró de ella, no pudiendo evitar apreciar las inmejorables condiciones para la elaboración de vinos que se daban en este maravilloso rincón de Andalucía, y convirtiendo su pasión por los vinos en un próspero negocio.
Una empresa 100 % familiar, con la segunda generación consolidando este proyecto, hace de Bodega Doña Felisa, una de las más reconocidas en Andalucía a la par que innovadoras.
Se encuentra enclavada en plena Serranía Rondeña, en el paraje denominado "Chinchilla”, en una emergente D.O. Sierras de Málaga y en las proximidades de la ciudad romana de Acinipo, “Tierra de vino”, donde ya, en época Romana, siglo I antes de Cristo, se elaboraban vinos que se exportaban a todo el imperio.
En la actualidad, los distintos vinos de Bodega Doña Felisa –blancos, rosados, dulces, tintos y ahora también espumosos–, son la expresión de una zona exclusiva y estudiada durante siglos para la obtención de vinos de la más alta calidad.
Hasta el momento ninguna bodega de la zona había sacado un vino espumoso pero, a partir de ahora, Ronda ya lo tiene –Cloe– y aspira a encontrar su mercado. Un momento de expansión que también han querido aprovechar estos bodegueros, aunque no exista tradición en la zona. "Nuestra elaboración –explican–, está basada en una cuidada y limitadísima producción del viñedo, trasmitiendo al vino la expresión del 'Terroir’ donde se encuentra”.
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