En la cima de un ritmo sin fronteras
Los sevillanos Daniel Sánchez y Desireé Guidonet participan por segundo año en el World Bachata Master, donde intentarán revalidar el título de campeones del mundo
A falta de cuatro días para la celebración del World Bachata Master 2013 en Madrid, los sevillanos Daniel Sánchez y Desireé Guidonet realizan los últimos ensayos, pruebas de vestuario, maquillaje, peluquería. Todo tiene que salir perfecto. Una horquilla mal puesta puede suponer la pérdida de puntos. Sólo nueve parejas acceden a este certamen, todas ellas con títulos internacionales. La presión es máxima, sobre todo porque esta pareja ya puso el listón muy alto el año pasado cuando se hizo con el trofeo de campeones del mundo. Ahora toca revalidar el título.
No fue hasta hace tres años cuando ambos decidieron bailar bachata juntos. "Ella era la profesional. Aprendió a bailar salsa a los 12 años. Yo, sin embargo, era militar y venía del mundo de los bailes urbanos tipo hip hop y funky, y de deportes como el boxeo y el full contact", explica Daniel Sánchez. "La idea era hacer algo juntos para no caer en la monotonía como pareja. No podíamos imaginar que acabaríamos viviendo de esto".
Sus carreras corren como la pólvora desde que en 2010 ganaron el Concurso Bachata Star Sevilla. Desde entonces no han tenido rival. Campeones de España en 2010, subcampeones de Europa en 2011 y campeones del mundo en 2012, la bachata les ha abierto las puertas del mundo. Estados Unidos, Argentina, Uruguay, Bélgica, Francia, Inglaterra, Polonia, Alemania. "Viajamos por todo el mundo participando en masterclass, congresos, galas, espectáculos", indica Desireé. "El baile es como una droga, te crea adicción. Nos encanta nuestro trabajo, pero no paramos ni un momento. No recuerdo la última vez que fui al cine, no sé lo qué es vaguear en el sofá. Pero merece la pena. Adquieres mucha experiencia y también muchas anécdotas, como por ejemplo nuestra boda en Las Vegas".
Con un estilo propio, ambos coinciden al afirmar que la improvisación es su fuerte. "No somos tan técnicos como otras parejas, ni destacamos por nuestras acrobacias. Bailamos según sentimos la música. Nos felicitan porque, según nos dicen, transmitimos mucho sentimiento cuando bailamos".
No obstante, este dúo no sólo ha recibido flores. También ha sufrido muchas críticas. "Al principio no nos miraban con buenos ojos. Éramos nuevos y empezamos a ganar concursos muy pronto. Muchas personas pensaban que íbamos de listillos y de sobrados. Pero se equivocaron. Somos una pareja muy humilde y con los pies en el suelo", señala el ex militar. Ejemplo de ello es su ausencia en el campeonato europeo de 2012. "No quisimos presentarnos para que otros jóvenes bailarines tuvieran la oportunidad de triunfar igual que nosotros. Saber que una pareja con premios internacionales se presenta al mismo concurso que tú te hace dudar si participar o no. No creemos que esto sea justo. Todos tenemos que tener las mismas oportunidades".
Daniel y Desireé imparten clases en varias salas de Sevilla, como Guayacán, en Alcalá de Guadaíra, y Latinos DH, en Dos Hermanas. Su objetivo a corto plazo es seguir aprendiendo, mejorar y ser más versátiles; y, más tarde, abrir su propia escuela de danza. "Es un error pensar que no tienes más que aprender", argumenta Daniel.
A pesar de su experiencia, los nervios no cesan. El día se acerca y la idea es mantener la corona de campeones. Sólo hay una forma de conseguirlo. Que brote la sangre latina.
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