La complicada relación de santa Teresa de Jesús con la ciudad de Sevilla
La religiosa llegó a la ciudad en el año 1675 para seguir con su labor religiosa, pero se encontró con bastantes problemas.
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La importancia de Sevilla a lo largo de la historia ha hecho que muchas figuras históricas se acercaran a la ciudad. Una de ellas fue santa Teresa de Jesús, la religiosa y escritora fundadora de la Orden de los Carmelitas Descalzos, que pasó una temporada de su vida en Sevilla, aunque que al parecer no terminó muy contenta con su estancia.
La santa en la ciudad
Santa Teresa llegó a Sevilla con el objetivo de fundar un nuevo convento. Lo hizo ya mayor, con 60 años cumplidos, y después de pasar por un viaje incómodo y con la salud tocada. Sin embargo, sus problemas no terminaron con el final de su viaje.
Tuvo que enfrentarse a la oposición del propio clero sevillano, ya que el arzobispo Cristóbal de Rojas y Sandoval al parecer no quería que en ella se fundaran más monasterios de pobreza y limosnas. Finalmente, lo logró y años más tarde y gracias a la ayuda de su hermano, santa Teresa pudo fundar su segundo monasterio de carmelitas en Sevilla, este en la calle de la Pajarería (hoy, calle Zaragoza). Este segundo monasterio se encontraba al parecer junto al convento de San Francisco y la relación entre vecinos no fue, según cuentan, muy agradable. Pese a todo, poco después, la congregación fundó un nuevo convento que aún se encuentra en el barrio de Santa Cruz (el convento de San José del Carmen o convento de las Teresas), aunque se marchó de la ciudad antes de verlo en funcionamiento.
Sin embargo, en su tiempo en Sevilla, santa Teresa (nacida en Ávila) no solo tuvo que enfrentarse a problemas con el clero, la Inquisición (uno de sus libros fue denunciado a esta institución) y otros personajes públicos (como la princesa de Éboli), sino que también tuvo que lidiar el vivir con una ciudad bastante poblada en la que el calor también podía ser un enemigo. De su experiencia en la ciudad dejó algunas frases que han pasado a la historia, como aquella que escribió en una carta para su sobrina María Bautista: "Yo confieso que esta tierra no es para mí, y que me deseo ya ver en la de promisión, si Dios es servido. Las injusticias que se guardan en esta tierra es extraña, la poca verdad, las dobleces. Yo le digo que con razón tiene la fama que tiene".
También, como publica @lost_in_Seville el paso de la santa por la ciudad dejó otra interesante frase: "aquí con no pecar basta", sobre su choque con una urbe bulliciosa con la que no terminó de entenderse bien.
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