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¿Dónde van a parar las naranjas amargas de Sevilla?

El bote de mermelada elaborado por la Embajada británica en España con naranjas amargas del Alcázar.

El bote de mermelada elaborado por la Embajada británica en España con naranjas amargas del Alcázar. / Juan Carlos Muñoz

Sevilla es una de las ciudades que más naranjos tiene repartidos por toda su extensión, de ahí ese olor tan característico a azahar que se respira en la capital andaluza en primavera. Esta flor inunda sus calles con su perfume y embellece aún más el paisaje, pero muchos se preguntan ¿qué se hace con las naranjas que más tarde aparecen en estos árboles? 

Lo primero que hay que tener en cuenta que estas naranjas no son optas para el consumo directo, ya que pueden provocar problemas de salud a todo aquel que ingiera una de éstas. Estas naranjas están expuestas en un entorno en el que hay mucha polución y su piel absorbe todos los gases y productos tóxicos derivados de la polución que le rodea, por esta razón no son de consumo. Otro de los factores a tener en cuenta de esta fruta es que es muy amarga, por lo que además de ser perjudicial para la salud, tampoco es muy agradable el sabor que tienen así sin tratar.

La realidad del paradero de estas naranjas es variado y es que se reparten en estos tres destinos: vertederos autorizados y de gestión controlada para la fabricación de compost y cosméticos, explotaciones ganaderas, en el abono que sirve para la alimentación de ganado caprino, o en la planta EDAR Copero de la empresa metropolitana de aguas Emasesa para la fabricación de compost o a la generación de electricidad a partir del gas generado. El objetivo es el aprovechamiento en el futuro de toda la producción de naranja amarga de la ciudad para la generación de energía limpia. Una alternativa que, con 1.000 kilos de este producto, se produce el equivalente al consumo eléctrico de cinco viviendas en un día.

Con este tipo de productos lo que se suele elaborar son mermeladas, tés, perfumes y aceites esenciales porque tienen muchas propiedades antiinflamatorias, antisépticas y bactericidas. Una de las grandes tradiciones que se han retomado después de unos años de parón es la de enviar una muestra de las naranjas amargas recogidas en el Real Alcázar a la Casa Real británica, tradición perdida y que hablaba del envío de naranjas amargas a la reina para la fabricación de mermelada. El pasado año, ese envío se ha realizado a través del Embajador de Reino Unido en España, que ha manifestado que él mismo fabricará la mermelada amarga.

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