El Gran Poder convoca a la rifa navideña

"Al que te pida, dale; y al que desee pedirte prestado no le vuelvas la espalda". Así de sencilla y a la vez difícil es la exigencia que San Mateo hace en el versículo 42 del capítulo cinco de su Evangelio. Y que el Gran Poder concreta esta noche. A las 21:00 se abrirán las puertas de su imponente casa de hermandad en la calle Hernán Cortés, número 6, para que se celebre la decimocuarta edición de la Rifa Navideña pro Bolsa de Caridad. Una cita ya tradicional para miles de devotos y hermanos con la que se cumple cada final de año la enseñanza del apóstol: dar al que pide. O lo que San Agustín promulgó: "Si necesitas una mano, yo tengo dos".

Por eso la hermandad también pide. Cinco euros vale cada tira de números, que da opción a ganar un premio y seguridad a ayudar a que la vida de otras personas sea mejor. El mayor premio es ayudar. Numerosos productos, donados por hermanos y empresas, también esperan ya en las dependencias de la corporación de la Madrugada a sus agraciados. Cenas en restaurantes, viajes de fin de semana, noches en hoteles o abonos para corridas de toros son algunos de los alicientes de este múltiple sorteo que se acabará "cuando vendamos todas las papeletas", tal como informan desde el seno del Gran Poder. Mientras eso ocurre, los asistentes podrán disfrutar del ambigú, que tendrá bebidas y tapas a precios muy populares gracias a la maestría culinaria de varias hermanas. Lo recaudado en esta parte también irá directo a la Bolsa de Caridad, que esta noche esperan llenar con la generosidad de los cofrades.

Las reglas de la hermandad lo dejan claro en el capítulo de obligaciones: "Todo hermano tiene el deber de comprometerse como auténtico cristiano, dando testimonio de ello; cuidar mucho de inspirar toda su conducta en las normas de caridad, humildad y sencillez cristianas, nota espiritual de los mismos, y asumir, como tarea específica de su vida cristiana, el cumplimiento de estas Reglas". Y profundiza en ello el sexto apartado: "La Caridad como máxima expresión del principal mandamiento de Jesucristo, el del amor al prójimo, es uno de los fines primordiales y fundamentales de la Hermandad".

La caridad es la principal motivación de esta rifa. Para la hermandad de San Lorenzo es también "un rato de convivencia entre los hermanos, los cuales nunca fallan", como indican desde la junta de gobierno anónimamente porque "la protagonista esta noche es la hermandad". En su mejor y mayor sentido de la palabra: hermandad. "Voy a la rifa todos los años porque muchos nos necesitan y nosotros, los hermanos, también nos necesitamos", afirma un veterano cofrade que también prefiere el anonimato del antifaz de ruán negro que vistió durante muchas madrugadas delante de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso.

La unión que se crea cuando el Gran Poder lo requiere es el gran poder que tiene esta institución nacida en el siglo XV. Y que esta noche ampliará una Navidad más su gran poder caritativo con la ayuda de todos.