El largo vuelo que lleva hacia el Sur

La comunidad autónoma de Andalucía destaca por la variedad de experiencias que se pueden tener en contacto con el medio natural. Una buena excusa para disfrutar del aire libre en esta región es el birdwatching, término anglosajón que en español se traduce por "avistamiento de aves". Una de las organizaciones que están más involucradas en la promoción de estas actividades es SEO, acrónimo de la Sociedad Española de Ornitología. Es una asociación científica y conservacionista fundada en 1954 centrada en el estudio y la preservación de las aves y de la naturaleza. Según declaran los mismos miembros de la entidad, se trata de la decana de las ONG de conservación de la naturaleza en España, con más de 50 años de actividad ininterrumpida.

Los mejores momentos para ver pájaros son el comienzo y el final del día, momentos en los que los volátiles se trasladan desde sus dormideros hasta sus zonas de alimentación y viceversa. Los flamencos, por ejemplo, duermen por estas fechas en Fuente de Piedra (Málaga) y se alimentan en las Marismas del Guadalquivir en el contexto natural del Parque Nacional de Doñana, a unos 300 kilómetros de distancia.

En las inmediaciones de la capital andaluza se pueden avistar diferentes especies de aves: cigüeñas negras, grullas, águilas pescadoras, garzas, porrones comunes, ánades reales, silvones, patos cucharas, ibis europeos y ánades rabudos, entre otros. Todas ellas pueden apreciarse tanto en la provincia como en la capital y, por supuesto, en Doñana y alrededores.

Javier Álvarez, responsable del Grupo Local de Sevilla de SEO, comenta que "el avistamiento de aves comporta mucha capacidad de observación, tiempo libre y paciencia". Uno de los sitios estratégicos para disfrutar de esta actividad en la parte occidental de Andalucía es la zona de las Marismas del Guadalquivir, pero en la provincia de Sevilla también el Aljarafe y la Dehesa de Abajo pueden aprovecharse para ver pasar, en comunidad o en solitario, algunos de estos volátiles protagonistas.

Para disfrutar de esta actividad recreativa con el medio natural no hace falta un equipamiento complejo. Con ropa cómoda y dispuesta a ser manchada y unos prismáticos o una cámara fotográfica basta.

Lo que sí es imprescindible y de primordial importancia es mantener siempre un comportamiento ético y oportuno hacia la flora y la fauna del medio ambiente. Hay que respetar las normativas vigentes, la propiedad privada y el desarrollo normal de la vida de los animales. No hay que molestar, hay que pasar desapercibidos. No se debe dejar huella de nuestra presencia. Por ello, hay que evitar ruidos y el tránsito de vehículos allí donde no esté permitido.

Para Javier Álvarez, quien no se aventura en el birdwatching "se pierde la gran variedad y biodiversidad de la fauna andaluza, no experimenta la satisfacción de poner en práctica sus propios conocimientos y de reconocer las aves. También se pierde la belleza de nuestras zonas naturales".

En Andalucía, por estas fechas, pueden apreciarse a la vez dos flujos migratorios. El primero, el que ve el desplazamiento de aves procedentes de Escandinavia y otros lugares del norte de Europa y que se alojan en el Sur de España durante todo el invierno. El segundo coincide con el traslado de pájaros originarios del continente africano y que se establecen en Andalucía durante la estación invernal para reproducirse.

El escritor y político francés Víctor Hugo afirmó una vez en el siglo XIX: "El alma tiene ilusiones, como el pájaro alas. Eso es lo que la sostiene".