Un invernadero urbano se abre durante tres días entre la Puerta de Jerez y el puente de San Telmo. Junto a la parada de metro, la marca de caramelos Ricola llama la atención de los viandantes. Cuarenta metros cuadrados dedicados a explicar sus productos, que provienen de las montañas de Suiza. Allí, un panadero llamado Emil Richterich fundó esta compañía en 1930. Utilizó las hierbas naturales que crecían a su alrededor. Esas mismas hierbas, ahora cultivadas por un centenar de granjeros helvéticos, están en el invernadero que hasta el sábado 23 de febrero está abierto de 10:00 a 21:00.

El tomillo, la menta o el pie de león son algunas de las 13 hierbas protagonistas de este espacio, en el que además de degustar las decenas de sabores, el visitante puede confeccionar su propia infusión. Una prueba de la conexión estrecha que existe entre estos populares caramelos y estas bebidas saludables.