Un pueblo de Sevilla, considerado el más bonito de Andalucía por una prestigiosa revista de viajes
Este pueblo cuenta con la necrópolis romana mejor conservada de España
Este es el único templo de Sevilla con restos de las tres religiones que pasaron por la ciudad

La provincia de Sevilla cuenta con varias joyas históricas que merecen una mención especial, no solo por lo relevantes que fueron en el pasado sino por la belleza que tienen en la actualidad y por los restos que aún hoy se conservan en muy buen estado. Algunos ejemplos de estos lugares serían el yacimiento arqueológico de Itálica, el de Valencina de la Concepción, con los dólmenes de La Pastora y Matarrubilla o la ciudad romana de Munigua, ubicada en el municipio de Villanueva del Río y Minas.
En su afán por encontrar las bellezas escondidas entre las ciudades y pueblos españoles, en la revista de viajes Viajar han dado con un lugar en la campiña sevillana que fue referencia para los romanos de la Península Ibérica. Se trata de Carmona, uno de los municipios más turísticos de la provincia que aparece, de manera incansable, en todas las recomendaciones de viajes por la zona occidental de Andalucía.
Carmona, Lucero de Europa
Ubicada en la comarca de Los Alcores, esta localidad sevillana se encuentra a solo 34 kilómetros desde la capital y entre otras cosas, destaca por ser una de las ciudades más antiguas de toda Europa y por ocupar una posición estratégica en lo alto de una meseta, lo que le permitió en tiempos pasados tener un control total de los territorios de alrededor. De hecho, desde los primeros tiempos de su historia como asentamiento, Carmona estuvo amurallada. Hoy, solo sobreviven algunos lienzos de la muralla y dos puertas: la de Córdoba y la de Sevilla. Esta última es una de las mejores representaciones de puerta romana de nuestro país.
Tal y como destacan en Viajar, «esto no pasó desapercibido para el emperador Julio César, que denominó a este enclave como: Carmo, y aseguró que era sin duda la ciudad más fuerte de toda la provincia Bética».
Carmona ha estado poblada desde tiempos prehistóricos. En su extenso término municipal abundan los restos desde el Paleolítico. En la Edad del Cobre se ocupa por primera vez la meseta sobre la que hoy se asienta la ciudad.
La historia de la ciudad romana de Carmo está suficientemente documentada gracias a los numerosos restos arqueológicos hallados desde el foro a su necrópolis, la mejor conservada de España. La Carmona romana tuvo tanta importancia que llegó a acuñar su propia moneda. También de esta época data el vino en estado líquido más antiguo del mundo, del que se tuvo conocimiento en el año 2019, con más de dos mil años conservado en una urna del mausoleo de una rica familia local.
Además de la necrópolis, Julio César ordenaría construir un foro, un teatro, un anfiteatro y unas termas. Actualmente solo son visitables el anfiteatro y la necrópolis de todas estas edificaciones.
Su importancia no decreció en época musulmana. Llegó a ser capital de uno de los reinos de taifas y embellecida con notables alcázares, mezquitas y otros edificios. Tras esta etapa, Carmona pasaría a manos cristianas, ocupando un papel muy importante en varios capítulos de la historia como la invasión napoleónica, ya que aquí se crearía la primera Junta de Gobierno que gobernó la ciudad desde el 28 de mayo de 1808 hasta el 29 de enero de 1810, solo dos días después de que se constituyera la Junta General de Sevilla.
Junto a sus hitos históricos, la ciudad de Carmona conserva numerosos templos religiosos de gran importancia y belleza así como una gastronomía rica, digna de degustar. De ella destacan preparaciones como la alboronía, un pisto hecho a base de calabaza propio de la época musulmana, y su dulce más famoso: la torta inglesa, hecha a base de bizcocho, hojaldre y cabello de ángel. Todo ello convierte a este municipio en uno de los más emblemáticos y especiales de toda la provincia de Sevilla.
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