El Arco de leyenda y otras maravillas que no puedes perderte en este pueblo de Sevilla

Un destino ideal para hacer una escapada si gusta la historia, los cuadros y el flamenco.

¿Qué ver en Écija en un día?

Marchena, en imágenes
Marchena. / Juan Carlos Vázquez
B.O.

08 de febrero 2024 - 07:00

La historia de Marchena se remonta a la Edad del Bronce, aunque sus visitantes no tienen que viajar en el tiempo para disfrutar de toda la herencia de la rica historia que ha vivido esta localidad situada en pleno corazón de La Campiña sevillana, tan solo tiene que visitarla un día.

Marchena en un día

Como en todos los viajes es importante comenzar con buen pie y para ello se debe empezar visitando el centro histórico de Marchena, que destaca por su valor patrimonial. El barrio de San Juan destaca además por las casas palaciegas y la iglesia de San Juan Bautista, en la que se pueden admirar nueve obras de Francisco Zurbarán

Uno de los lugares de visita obligada es sin duda el Arco de la Rosa (o Puerta de Sevilla), una de las entradas que había en la muralla y que además tiene su propia leyenda sobre un amor prohibido entre una princesa musulmana y un hombre cristiano. También se puede conocer más de la historia de Marchena, especialmente de cómo fue la localidad durante su etapa almohade, para lo que se puede hacer una ruta por el recinto amurallado, que cuenta con unos 2.400 metros de largo. Esta pasa por lugares como la Puerta del Tiro que unía la ciudad con el alcázar, pero también por la iglesia de Santa María de la Mota. Esta iglesia es el templo más antiguo de Marchena y antes de ser un templo cristiano fue una mezquita. Aquí se encuentra también el Castillo de la Mota, que posteriormente sería convertido en Palacio Ducal.

Otro de los lugares cuya visita se suele recomendar es el Convento de Mercedarias situado en la Plaza de San Andrés, donde los más golosos podrán comprar pastas de almendra y tortas de hoja elaboradas por las monjas.

También se puede pasear por los jardines del parque Isidro Arcenegui, donde hay una estatua de uno de los vecinos ilustres de la localidad, Pepe Marchena, con el que homenajean al cantaor y creador de la colombiana, el único palo flamenco que se creó en el siglo XX.

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