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Rutas de senderismo

Camino de Santiago desde Sevilla | Etapa 24 de la Vía de la Plata (Camino Sanabrés): Granja de Moreruela-Tábara

El Puente Quintos nos permitirá cruzar el Río Esla

El Puente Quintos nos permitirá cruzar el Río Esla / Emilio J. de los Santos

Como indica el titular, hemos decidido ir por el Camino Sanabrés (también llamado Mozárabe, Ourensano o Gallego del Sur). Se trata de una variante de la Vía de la Plata que se desvía antes al oeste en busca de tierras sanabresas, visita Ourense y tiene entrada propia a Santiago, sin necesidad de conectar con otro ramal. Como consecuencia, es un recorrido mucho más tranquilo y más salvaje, en tanto que cuenta con menos comodidades y servicios. Es un trayecto exigente, con bastantes puertos de montaña y algunos tramos complicados. En cambio, su quietud y la belleza de su naturaleza, especialmente a partir de Puebla de Sanabria, llenarán el espíritu de cualquier peregrino que busque reflexión y paz. En total son 363 kilómetros hasta Santiago.

La otra variante, la que no vamos a tomar, es el sendero principal de la Vía de la Plata y es algo más corto (en total, 351,5 km hasta Santiago). Sigue avanzado al norte por paisajes muy llanos y similares a los vistos desde Zamora. Pasa por Benavente (26,5 km), Alija del Infantado (21 km), La Bañeza (22) y acaba en Astorga (24,5), donde ya conecta con la etapa 23 del Camino Francés. Desde Astorga hasta Compostela restan 11 etapas y un total de 257,5 kilómetros. Al conectar con el Francés, principal vía jacobea, los servicios y las comodidades aumentan con un recorrido algo más amable que el del Sanabrés, pero está mucho más masificado.

Dicho todo esto, partimos rumbo a occidente. Tomando como referencia la Parroquia de San Juan Evangelista, nos colocamos a su espalda y vemos el cartel metálico que indica dónde comienza cada variante. En el caso del Sanabrés, vamos a la izquierda por la Calle Dr. Damián González Galindo, que nos deja fuera del pueblo.

La etapa es de unos 25 kilómetros y, salvo un tramo algo abrupto junto al Río Esla, en general no es complicada, con un paisaje variable que intercala vegetación de ribera, dehesa y campos de cultivo (por desgracia también pasaremos por algunos tramos calcinados por incendios).

Justo a la salida de Granja, el camino pasa a convertirse en una senda de tierra muy ancha. Por una larga recta pasamos por última vez bajo la A-66. Nos despedimos de nuestra compañera desde que salimos de Sevilla (la N-630 la dejamos ya atrás en el pueblo). A unos 400 metros, pasamos el Arroyo Valdecoso y, tras pasar un monolito dedicado al Camino, dejamos la pista por la que veníamos para tomar otra que sale en diagonal, hacia el noroeste. Si se sigue de frente y se gira después en otro carril para acabar tomando una carretera local a la derecha, se puede llegar al Monasterio de Santa María de Moreruela, que está a unos 2,5 kilómetros aproximadamente.

Desde el arcén de la ZA-123 tendremos una bonitas vistas del Embalse de Santa Eulalia. Desde el arcén de la ZA-123 tendremos una bonitas vistas del Embalse de Santa Eulalia.

Desde el arcén de la ZA-123 tendremos una bonitas vistas del Embalse de Santa Eulalia. / Emilio J. de los Santos

Avanzando por el carril en diagonal, que es recto como un bordón, superamos el Arroyo de la Laguna y el Arroyo de la Posa. Poco después de este último, doblamos a la derecha para enfilar otra recta en una zona con más vegetación. El sendero desemboca al cabo de un un kilómetro en otro camino: viramos a la izquierda y, en descenso, nos incorporamos al arcén de la ZA-123. Por esta carretera cruzamos, a través de Puente Quintos, el Río Esla mientras admiramos las bellas vistas que deja el valle.

En la otra orilla del Esla, el sendero es bastante abrupto. En la otra orilla del Esla, el sendero es bastante abrupto.

En la otra orilla del Esla, el sendero es bastante abrupto. / Emilio J. de los Santos

Justo al pasar el puente, la señalización nos saca del asfalto por la izquierda. Este es el tramo más complicado de la etapa, bastante abrupto. Iremos siguiendo la orilla río abajo por una trocha muy irregular y con muchas piedras. Primero bajará un poco y después comenzará un repecho bastante pronunciado. Hay que improvisar un poco aquí porque el recorrido no está muy definido, aunque la dirección es clara: ir hacia arriba hasta un punto conocido como El Castillón, que nos brindará una panorámica inmejorable del Esla, con el Embalse de Santa Eulalia al fondo, y el Puente Quintos.

Tras la dura subida, tendremos unas vistas impresionantes. Tras la dura subida, tendremos unas vistas impresionantes.

Tras la dura subida, tendremos unas vistas impresionantes. / Emilio J. de los Santos

A partir de aquí, el perfil se relaja, aunque sigue ondulado. El siguiente tramo se mete entre dehesas. El sendero volverá a estar definido y a los pocos metros del mirador de antes nos incorporamos con un ángulo muy cerrado a la izquierda al Camino de Santa Eulalia de Tábara-Las Mangas. De momento, la etapa está siendo intensa y variada: llevamos sólo unos 9 kilómetros de marcha.

El recorrido da un par de curvas para sortear el Arroyo de Valdehondo y nos introduce en la Dehesa de Tardajos para hacernos pasar poco después ante la puerta de la Finca Val de la Rosa, donde doblamos a la derecha. Aquí despedimos del tramo con vegetación de hoy.

Tras subir desde el Esla, el Camino atraviesa una dehesa. Tras subir desde el Esla, el Camino atraviesa una dehesa.

Tras subir desde el Esla, el Camino atraviesa una dehesa. / Emilio J. de los Santos

Ahora nos aguardan 15 kilómetros por caminos agrícolas trazados con escuadra y cartabón y con poca sombra. De la puerta de la finca de antes arranca el Camino de los Testarales. Andamos por él y cruzamos perpendicularmente la carretera ZA-2443. Unos 500 metros después, en una intersección, doblamos a la izquierda por otra carretera sin pavimentar. Al tercer cruce que nos encontremos, giramos a la derecha y encaramos una larguísima recta con Faramontanos de Tábara al fondo. Se nos hará muy pesada…

El inicio de la etapa es muy variado, pero en la segunda mitad no nos libraremos de las interminables rectas. El inicio de la etapa es muy variado, pero en la segunda mitad no nos libraremos de las interminables rectas.

El inicio de la etapa es muy variado, pero en la segunda mitad no nos libraremos de las interminables rectas.

Faramontanos, la primera localidad intermedia de la jornada, cuenta con todo: bares, tiendas, farmacia y albergue (ojo que puede estar cerrado). Desde este pueblo ya podemos ver con claridad en el horizonte la Sierra de las Cavernas, que forma parte de la Sierra de la Culebra y que en la próxima etapa atravesaremos.

El paso por la población sigue la Calle Benavente, Plaza del Ayuntamiento con la Iglesia de San Martín, Calle Pozo que acaba ante la Ermita del Cristo de la Vera Cruz y sale por la Calle Cañada. Al final, rodemos un parque infantil hasta reencontrarnos con la ZA-123. No la seguimos, enfilamos de frente el carril de tierra en el cruce con raquetas.

A los 2 Kilómetros de Faramontanos, damos con otra intersección. Giro de 90º a la izquierda y al llegar a una zona con árboles, volvemos a virar en ángulo recto a la derecha. Así, acabamos encontrando las vías del AVE, que superamos por un paso superior. Desde aquí ya vemos con claridad nuestro objetivo. Tábara está a sólo 3 kilómetros.

Iglesia de Santa María de Tábara. Iglesia de Santa María de Tábara.

Iglesia de Santa María de Tábara. / Emilio J. de los Santos

Llegamos a la localidad entrando por la parte trasera de la bonita Iglesia de Santa María de Tábara, templo románico del siglo XII que destaca por su bella torre. El conjunto está declarado Bien de Interés Cultural.

Más allá de la iglesia, Tábara destaca por ser la cabecera de su comarca. Pese a ello sólo cuenta con una población de unas 750 personas. El origen de la localidad está en un importante monasterio, San Salvador de Tábara, donde se realizó el Beato de Tábara, un códice con letra visigótica del siglo X que actualmente se conserva en el Archivo Histórico Nacional de Madrid.

Como se ha indicado antes, estamos ya a los pies de la Sierra de la Culebra, que comenzaremos a atravesar en la próxima etapa.

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