Se aproxima el final. La jornada entre A Laxe y Ponte Ulla, compartida con el Camino de Invierno, suma 29,2 kilómetros. Mantiene una tónica paisajística muy similar a la de las etapas anteriores, es decir, zonas rurales marcadas por el verdor y muchas casas dispersas. No es una etapa fea, pero a estas alturas, es posible que el peregrino esté algo saturado ya de este tipo de entornos tan gallegos. En cuanto al desnivel, sigue siendo negativo, pero una vez más nos aguardan multitud de subidas y bajadas cortas.

El recorrido atraviesa bellos tramos de bosque.

Salimos del albergue de A Laxe en busca de la N-525 para colocarnos en su arcén. Lo recorremos durante unos 200 metros. Antes de llegar al pueblo de Bendoiro, salimos por la izquierda a un carril asfaltado. A los 2 kilómetros de marcha, volveremos a la carretera a la altura de Prado. Estaremos en la general poca distancia, ya que la señalización junto a una tienda nos volverá a apartar del tráfico. Progresamos de frente hasta toparnos con una arboleda. No la atravesamos. Doblamos justo antes a la derecha y, cuando conectemos con otra carretera local, la seguimos hacia la izquierda.

El puente Taboada es uno de los tesoros de la jornada.

El trazado se interna a continuación en un bosque. Justo en una curva a la derecha, abandonamos la calzada yendo de frente por un camino de tierra. Salvo por el viaducto del tren que veremos por arriba, el próximo tramo junto al río Deza es muy bonito. Aquí encontraremos el Puente Taboada, de origen románico, aunque reconstruido en el siglo XVI. En este punto llevamos 5 kilómetros de marcha.

Atravesando el puente Taboada.

Cruzamos el puente y caminamos por un camino empedrado que, en ascenso, poco a poco va a abandonando la arboleda hasta conectar con otra pista asfaltada, ya entre casas. Esta aldea es A Ponte Taboada. El recorrido irá serpenteando entre las viviendas y sus terrenos. Mucho cuidado en las esquinas y cruces. La proximidad a Santiago hace que la señalización sea muy buena a estas alturas. A menos de kilómetro y medio, en Carral, el camino vuelve a incorporarse a la N-525.

Seguimos otra vez la carretera hacia la izquierda. En el lado opuesto, veremos un cruceiro y la iglesia de Santiago de Taboada. Una vereda nos saca tras apenas 50 metros. Se adentra en otro bonito bosque... una pena que un polígono industrial rompa el paisaje justo a la mitad. Accedemos a Trasfontao, otra pequeña parroquia aislada donde se respira mucha calma.

La jornada alterna bosques con campos de cultivo.

Abandonamos las casas por un camino empedrado. Hay que superar otra zona boscosa antes de llegar a Silleda (a dos kilómetros de la aldea anterior). En este caso, visitamos una localidad más grande de la jornada. Tiene todos los servicios, incluido un albergue público. Nos internamos en el municipio por la Avenida del Parque, por su flanco sur, y poco a poco iremos remontando hasta colocarnos en el eje que traza la Nacional que lo traspasa.

Avanzamos por el arcén de la carretera hasta la primera casa de la próxima pedanía de O Foxo. Las flechas nos sacarán de la general por la izquierda. Iremos apartados del tráfico hasta que pasemos esta población. Nos volveremos a aproximar a la Nacional en el cruce donde está la fábrica de Nudesa, pero doblaremos antes a la izquierda en ángulo recto, por la vía que va junto a la valla de la industria. Nos retiraremos de la N-525 durante unos kilómetros.

Fábrica de Nudesa: el recorrido toma el carril que baja siguiendo su perímetro.

Por el mismo carril, visitamos la pequeña aldea de San Fiz y a unos 250 metros salimos por la derecha en un agradable sendero. Aquí cruzamos el río Toja por el Ponte da Pedra, también muy fotogénico. Posteriormente, atravesamos perpendicularmente la N-640 a nivel y superamos la autovía AP-53 por una pasarela. Continuamos descontando kilómetros por una zona con mayor predominancia de praderas hasta entrar en Bandeira. Lo hacemos volviendo a la N-525. Quedan algo más de 12,5 kilómetros hasta el final.

Pasamos la localidad siguiendo la carretera. Una vez fuera, nos desviamos a la derecha por la carretera de A Catela. Iremos un largo trecho por esta vía que delimita un bosque. Primero, baja a un arroyo y, después, asciende levemente hasta una zona con varias casas dispersas. El carril avanza luego entre cultivos hasta penetrar en otro bosque. Justo en la linde de los árboles, veremos una intersección. Doblamos a la izquierda pasando cerca de la parroquia de Besteiros y poco después, en línea recta, alcanzamos Dornelas.

Aproximación a Ponte Ulla.

El camino da un giro a la izquierda en esta localidad: la carretera secundaria que seguimos irá describiendo una amplia curva a partir de la Iglesia de San Martiño. Cuando parezca que vamos a volver al arcén de la N-525, nos desviamos a la derecha. Y así nos encaminamos, a través de un robledal, hacia A Carballeira y posteriormente a San Miguel de Castro, donde podremos ver la Ermita de las Angustias.

Ponte Ulla ya está en la provincia de la Coruña. El paso sobre el río marca el límite.

El sendero se inclina mucho tras San Miguel de Castro para bajar al río Ulla por un bello entorno con el viaducto del AVE y el del ferrocarril al fondo. Pasamos el curso del agua por un alto puente hasta entrar en Ponte Ulla. Este municipio marca la frontera entre las provincias de Pontevedra y La Coruña y será nuestra última parada antes de entrar en Santiago de Compostela.