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Un 'sin techo' de Sevilla gana 35.000 euros de un cupón regalado por un anónimo

El vendedor de la ONCE,  Juan Manuel Legido, en la  Plaza de España de Mayorga.

El vendedor de la ONCE, Juan Manuel Legido, en la Plaza de España de Mayorga.

La suerte en mayúscula llamó a la puerta de un sevillano sin techo la noche de Reyes. Ese 5 de enero, alguien que como él estaba en la estación de autobuses de Ávila pasó por su lado y le tendió un cupón del sorteo de la ONCE.

Durante doce días, este hombre, de 60 años, vagó sin saberlo por tierras manchegas con un boleto premiado en su bolsillo hasta llegar a Mayorga de Campos, en Valladolid. Allí fue donde la fortuna se materializó al comprobar un vendedor de la localidad el premio de 35.000 euros que le había acompañado todo ese tiempo y que iba a suponer un antes y después para este sevillano sin recursos ni hogar, cuyas posesiones hasta entonces cabían en un carrito. 

Pero esta historia tuvo un desenlace feliz gracias al benefactor anónimo que lo encontró en Ávila, al vendedor de la ONCE de Mayorga de Campos y también a un sacerdote que le ayudó con posterioridad a acceder a su documento de identidad para poder cobrar el boleto.  

Juan Manuel Legido, vendedor de la ONCE en Mayorga, asegura que "nunca me había pasado nada similar" y que "la alegría de dar un premio ese día fue doble", una cuantía que además es la mayor que ha dado nunca.

Según narra, Juan Manuel, el recién afortunado se acercó a su puesto de venta cuando él estaba atendiendo a varios clientes. Para no esperar bajo el intenso frío invernal propio de la zona, el sevillano decidió esperar en una zona más soleada de la Plaza de España, pero antes le entregó el cupón al vendedor para que realizara las comprobaciones oportunas cuando despachara a la clientela. Cuando el dispositivo dio la sorpresa, un premio de 35.000 euros, Juan Manuel salió al encuentro del indigente, que "tranquilamente" descansaba al sol junto a carro. 

Emoción en los ojos del sin techo sevillano fue lo siguiente que recuerda el vendedor: "No es posible que me haya tocado", tras lo cual comenzó a pregonarlo llamando la atención de los feligreses que salían de misa y que se unieron  la celebración. "Ahora lo que debes hacer es sentar cabeza y hacerte con un techo, un lugar donde vivir dignamente", le aconseja. Sin embargo, tras la alegría del premiado llegó la desolación: no portaba el documento nacional de identidad, necesario para cobrar el dinero.

El párroco, el último benefactor

Las noticias del premio y del premiado llegan a Don Jesús Manuel Nieto, el párroco de Mayorga, que asiste también a los residentes del albergue donde durmió el sevillano la noche anterior. Según el vendedor de la ONCE, es el religioso quien le identifica y le da el dinero suficiente para viajar a Valladolid, pagar las tasas de un nuevo DNI con el que poder cobrar el premio, algo que hace en Madrid, camino de Sevilla, donde finalmente este sin techo termina las andanzas de este capítulo celebrando su momentánea fortuna.

"S algún día dejó de hacerlo, ese día sí que este hombre pudo creer en los Reyes", recuerda el vendedor Juan Manuel Legido.

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