Un verano troglodita lejos de la costa

La mayor parte de las casas cuevas están en la provincia de Granada.
La mayor parte de las casas cuevas están en la provincia de Granada.
S. V.

turismo · casas cuevas, 24 de agosto 2012 - 01:00

La montaña siempre es una opción para pasar el verano y más cuando las vacaciones ofrecen la posibilidad de vivir al fresco entre rocas. La Asociación Andaluza de Turismo Rural en Casas Cueva, que representa a los propietarios de 12.000 cuevas más allá de las fronteras de la región, reivindicó ayer la calidad de sus instalaciones en un mes de agosto que mantiene los niveles de ocupación de años anteriores.

El sector de alojamientos rurales en casas cueva movió el pasado año más de doce millones de euros en Andalucía, la mayor parte en la provincia de Granada, y afronta lo que queda de verano con una media de ocupación que ronda el 50%, una cifra muy similar a las de años anteriores.

Durante el pasado año, cerca de 50.000 personas se alojaron en estos establecimientos bioclimáticos, la mayoría construidos en cerros en los siglos XIX y XX, pero pese a su edad se han ido adaptado perfectamente a las necesidades actuales. Aunque las cifras de ocupación se alejan del 80% que logran en temporadas como la navideña, los responsables de la Asociación afrontan el año con optimismo, ya que la mayoría de los propietarios de los alojamientos los tienen como una actividad económica complementaria.

Cuando aprieta el calor, las cuevas se convierte en un oasis perfecto que permite dormir con sábanas, puesto que mantienen la misma temperatura durante todo el año, entre 17 y 20 grados en su interior. Por esta razón, las casas cueva son también en estas fechas una buena opción para muchos turistas. Su bioclima hace más llevaderas las olas de calor que se han vivido estos días de verano y más apacibles los frios inviernos que asolan los montes andaluces.

La oferta de la Asociación incluye alojamientos adaptados con todas las comodidades de las que dispone cualquier otra vivienda tradicional, que permiten a los usuarios desde el descanso habitual de estas construcciones trogloditas a un jacuzzi dentro de la montaña.

Las casas cueva además de su contraste climatológico, también ofrecen un contrate temporal. Vivir entre rocas teletransporta a los inquilinos a épocas ancestrales, pero el diseño y el eqipamiento apuntan a una auténtica casa del siglo XXI .

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