La playa de Las Piletas, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), fue el pasado Viernes de Dolores escenario de una escena muy parecida a la que ocurrió en 2012 en Bonanza. Entonces, familias que habitan en la zona apedrearon un helicóptero de la Guardia Civil para hacerse con un botín muy especial: entre 70 y 80 fardos de hachís. El pasado 27 de marzo las pedradas fueron dirigidas contra dos agentes de la Guardia Civil y uno de Vigilancia Aduanera que custodiaban una lancha neumática que había sido abandonada por narcotraficantes con más de una tonelada de hachís. La agresividad de los atacantes obligó a que los agentes dispararan al aire.

La operación policial había dado comienzo a raíz de una llamada realizada desde Chipiona que alertaba de un trasvase de fardos de hachís en la costa. Una patrullera de Vigilancia Aduanera persiguió a los narcos, pero debido a una avería fue sustituida en la persecución por un helicóptero. Acosados, los narcotraficantes pusieron rumbo a Doñana, lanzaron los fardos al agua y huyeron a través de las marismas. La otra lancha quedó varada en la playa de Las Piletas después de que sus ocupantes también huyeran. Del helicóptero de Vigilancia Aduanera bajó una agente para custodiar la droga.

Para entonces, casi ochenta personas comenzó a concentrarse en la playa y a acercarse a la agente. Enseguida empezaron a lanzarle piedras con la intención de que se alejara y poder hacerse con los más de mil kilos de hachís que transportaba la lancha. Mientras la agente pedía refuerzos llegaron dos miembros de la Guardia Civil. La agresividad de las personas fue aumentando, con una lluvia de insultos y piedras, por lo que los agentes efectuaron disparos intimidatorios al aire. Posteriormente acudieron efectivos de la Policía Nacional y de la Policía Local de Sanlúcar de Barrameda. En esta ocasión, los vecinos que querían hacerse con la droga no tuvieron el éxito que sí alcanzaron quienes consiguieron la droga de Bonanza en 2012.

Ayer, el alcalde de Sanlúcar, Víctor Mora (PSOE), se afanó en trasmitir que "esa no es la imagen de nuestra ciudad, la actitud de unos cuantos no puede perjudicar a Sanlúcar". El alcalde subrayó que "no podemos culpar a nadie en concreto pero hay que reflexionar y aumentar las medidas de seguridad para que esto no se repita. Quizá no sea el momento de hablar estas cosas ahora, pero no debe olvidarse que Sanlúcar tiene una población de 70.000 habitantes que se duplica durante al menos seis meses al año".

Mora hizo hincapié en la grave situación económica y sociolaboral de la localidad: de sus 70.000 habitantes, unos 11.000 están en situación de desempleo. "Es un problema estructural. Hay jóvenes, y no tan jóvenes, que se meten en un mundo tan problemático como el de la droga, intentando obtener ganancias y la mayoría de las veces sin tener en cuenta las consecuencias", se lamentó Mora. "Uno lanza una piedra y el que está al lado le sigue sin darse cuenta del problema en el que puede meterse al ser detenido", advirtió el alcalde.