Contrarreloj de cinco días para la salvación

El martes es la fecha para ver si el club se liquida ya, se coloca al mejor postor o se amplía el plazo de venta.

Contrarreloj de cinco días para la salvación
Contrarreloj de cinco días para la salvación
Juan De La Huerga, Sevilla

10 de julio 2015 - 05:02

El segundero avanza en una perversa cuenta atrás que asusta o al menos inquieta. El 14 de julio, el próximo martes, es otra fecha (¿la fecha definiva?) señalada en rojo en el calendario cajista para comprobar si el club continúa con vida. Es una contrarreloj de cinco días después de un año angustioso en el que no sólo se gestionó la entidad de forma calamitosa, sino que tampoco se encontró desde finales de año, cuando Jeffrey Meythaler abandonó la ciudad, a un grupo inversor de garantías para que se hiciera cargo de las acciones.

Hasta el martes, de ahí la relevancia del día, es cuando Caixabank dispone de margen para ejecutar la opción de recompra del club y que vuelva a sus manos. Básicamente, las tres posibilidades que están encima de la mesa en caso de que en las próximas horas no aparezca ningún comprador son meridianamente claras. 1) La entidad bancaria hace efectiva la cláusula y el Caja vuelve a sus manos. 2) No la ejecuta y el club seguiría siendo propiedad de Jefferson Capital Funding. 3) Hay un acuerdo entre Caixabank y Meythaler para ampliar el plazo.

Analizando el panorama, se puede descartar de antemano la primera de las tres premisas, ya que el banco ha dicho por activa y por pasiva que no quiere ser el dueño del club. La segunda alternativa conduce directamente a la disolución del club, por cuanto el aún propietario, Meythaler, no ha puesto un solo euro en su etapa al frente de la entidad -de hecho, el presupuesto se disparó-, ni lo hará ahora. Obviamente sería el estadounidense el que cerraría a cal y canto el CB Sevilla después de 28 años de historia. La tercera vía, siempre que no exista un acuerdo rápido con algún inversor, otorgaría más tiempo para continuar negociando con posibles compradores. El panorama, como arrancaba el texto, es desalentador.

Ésta es la tesitura y desde hace meses hay reuniones para intentar colocar el club al mejor postor, aunque todavía no encuentra el banco a uno que haga efectivo el requerimiento principal: aportar dos millones de euros por adelantado. Después de la experiencia con Meythaler, el dinero tiene que estar encima de la mesa para sellar el trato. Ha habido citas del presidente, Fernando Moral, con varios grupos, alguno de ellos sevillano, igual que un directivo de la entidad financiera estuvo hace más de un mes con otro interesado de la ciudad con una oferta, y escaso cash, bajo el brazo. También existieron contactos con una empresa estadounidense, pero no llegaron a buen puerto, mientras que Caixabank ha tenido encuentros con otro grupo de ámbito nacional, el último esta misma semana.

Moral ha preguntado, sin fortuna, a media ciudad, desde instituciones públicas a empresas potentes como Persán o Abengoa, a las que no les interesa un negocio relacionado con el baloncesto. El banco también se está moviendo por su cuenta, del mismo modo que lo está haciendo José Luis Galilea, director general, junto al agente Álvaro Tor, el hombre que lo puso en contacto hace ya tiempo con Meythaler. Mientras tanto, el segundero avanza, vuela.

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