Más de 4,5 millones de euros al año en obras asistenciales y unas 28.000 personas atendidas sólo de manera directa. Las corporaciones sevillanas realizan una labor ingente, pocas veces reconocida (aunque no busquen el halago), y que supone el último asidero al que se pueden agarrar muchas personas y familias. Esto y mucho más se desprende del Informe sobre la Caridad en las Hermandades de Sevilla elaborado entre febrero y junio de este año por Ignacio Valduérteles Bartos, doctor en Economía, director del Instituto de Investigación Aplicada a la Pyme y teniente de hermano mayor de la Soledad de San Lorenzo. El trabajo fue presentado este martes en la Fundación Caja Rural del Sur, que ha contribuido a su publicación, en presencia del arzobispo de Sevilla, monseñor Asenjo; y el presidente del Consejo de Cofradías, Carlos Bourrellier. 

El informe se centra en las hermandades de Sevilla capital y abarca a sus 124 hermandades de penitencia, gloria y sacramentales. Más del 82% de las hermandades han participado en el mismo aportando datos. Según el estudio, las hermandades reparten más de cuatro millones y medio de euros al año entre las personas necesitadas. De esta cantidad algo más del 25% son ayudas en especie aportadas por las empresas sevillanas. Más de 1,6 millones fueron recursos en metálico. Otro millón se entregó en especies, como alimentos o ropa. A otras entidades se dedicaron 1,6 millones. A otras actividades se derivaron 221.553 euros. Mientras que en ayuda a otros países se emplearon 38.790 euros. En total: 4.518.331 euros. "Ésta es la cantidad que se ha podido cuantificar, pero es mucho más porque un 18% de las hermandades no ha aportado sus datos", explicó Valduérteles. 

Un dato significativo es que los gastos de administración y gestión de toda esta ayuda apenas llegan al 0,21%. Esto quiere decir que de cada 100 euros que reciben las hermandades para destinarlos a caridad, 99,79 euros van directamente a sus destinatarios y sólo 21 céntimos son para gastos de administración. "Esta cifra es significativamente mucho más baja que otras instituciones de referencia en la caridad que tienen unos gastos de gestión y administración del 5% o el 7%". 

Un total de 9.083 personas fueron beneficiarias directas de los 1.639.289 euros que las hermandades destinaron a ayudas en metálico. El 81% fueron para pagar recibos de agua, luz o alquileres. El 68%, para ayudas para la compra de alimentos. El 54%, para gastos médicos. O el 45%, a becas y material escolar. Los porcentajes superan el 100% porque una hermandad aplica sus recursos en metálico a más de una acción. El origen de estos recursos también es diverso: el 91% procede de un porcentaje de las cuotas de hermano. El 38% de una cuota específica para caridad. El 98% de actividades como tómbolas, rifas o festivales. Y otro 98% de donativos específicos. Otras 9.746 personas recibieron ayuda en especie: el 54% fueron alimentos, el 28% ropa y un 15,5% otros artículos. Del 1,6 millones destinado a otras actividades se beneficiaron 7.419 personas de la siguiente manera: 8,9% a centros de enseñanza, 15,94% a talleres y 28% a otros, como las personas con necesidades especiales o colectivos marginados. Los 221.553 euros para otras entidades se dedicaron a Cáritas (62%), el Seminario (47%) y otras (70%). 

A estos recursos hay que sumar las 25.000 horas de voluntariado que suman las hermandades, atendidas por 1.250 voluntarios, que atienden personalmente a casi 5.000 personas. Más de 28.000 personas reciben ayuda directa de las hermandades, sin contar las que la reciben a través de las instituciones con las que las hermandades colaboran. El informe establece que por cada hermano se destinarían 20 euros a caridad y que el importe medio de la ayuda sería de 150 euros. También hay que destacar la excelente imagen y la gran transparencia de las hermandades o su eficacia y eficiencia al ser capaces de otorgar una ayuda rápida y directa. 

En sus intervenciones, el presidente de la Caja Rural del Sur, José Luis García Palacios, el presidente del Consejo y el arzobispo destacaron la labor de las cofradías. Monseñor Asenjo les agradeció la labor que realizan ayudando a la Iglesia en unos tiempos económicos difíciles: "Están siendo instituciones con los ojos grandes. Pendientes como Jesús de los sufrimientos y necesidades". El prelado lanzó una petición específica de ayuda para el Centro de Orientación Familiar de Tomares: "Una forma de pobreza es la situación actual de las familias". García Palacios hizo suyo el llamamiento: "Soy yo el que debo recoger esta petición".