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Un lustro buscando al líder para la defensa

  • Desde que la rodilla impidiera seguir jugando a Javi Navarro, el Sevilla no halla la referencia que otorgue solidez a la zaga

Seis fichajes y tres canteranos han pasado por el centro de la zaga sevillista sin consolidarse desde el inicio de la temporada 2007-08, la primera en la que Javi Navarro no disputó ni un minuto debido a su maltrecha rodilla. Desde entonces lleva el Sevilla buscando un líder para la defensa, algo que consiguió en parte con la incorporación de Squillaci durante dos temporadas, y que es prioritario para el curso venidero, a tenor de los nombres que vienen sonando y las declaraciones de la dirección deportiva.

En verano de 2007 llegaron para reforzar el centro de la defensa Mosquera y Boulharouz, aunque del holandés se esperaba aprovechar su polivalencia para cubrir eventualmente el lateral derecho. Ninguno de los dos logró hacerse con la confianza de Juande primero, y Jiménez después, y muchísimo menos con el beneplácito de la grada. El colombiano disputó 24 partidos en Liga, mientras que el holandés tan sólo estuvo en 6. David Prieto también tuvo presencia y disfrutó de minutos, pero su participación fue mucho menor.

El curso siguiente llegó la incorporación de Squillaci, el que se puede considerar como el mejor refuerzo defensivo de la entidad en el último lustro. El galo se hizo con el mando en la zaga, disputando 33 partidos ligueros y haciendo una pareja solvente con Escudé. De esa solvencia se desprende el resultado final de la temporada, en el que el Sevilla acabó en la tercera posición, entrando directamente en Liga de Campeones. Cuando algo funciona es mejor no tocarlo, por lo que el verano de 2009 el Sevilla no se reforzó en el centro de la defensa. Sin embargo, las lesiones se cebaron con los centrales, llegando a ocupar el eje de la defensa jugadores como Lolo, Marc Valiente o Cala. La temporada se saldó al final con el título de la Copa del Rey y la clasificación sobre la bocina para la Liga de Campeones, pero dejando por el camino la destitución de Jiménez.

La convulsión se adueñó del club. Squillaci se negó a jugar la previa de la Liga de Campeones en Braga para forzar su salida al Arsenal, algo que al final se produjo. Sus sustitutos fueron Alexis y Cáceres, disputando 21 y 25 partidos de Liga, respectivamente, volviendo la inestabilidad a la defensa.

Spahic, por experiencia y características, parecía por fin el hombre sobre el que cimentar la seguridad defensiva del equipo. Su inicio de campaña parecía indicar lo mismo, pero con el paso de los meses el bosnio pareció cogerle asco a la situación, despidiéndose de la temporada por una extraña lesión en la jornada 27, y terminando el curso como centrales Cala y Fazio. De no haber sido por la lesión en el tramo final de Escudé, el galo hubiera acabado el año jugando junto a Fazio, curiosamente dos hombres que ya formaron pareja a comienzos de la temporada 2007-08.

Pese a todo, la defensa del Sevilla ha sido la quinta menos goleada de la temporada, aunque otra cosa muy distinta es la sensación de seguridad que ha transmitido. Por ello continúa la búsqueda de ese central con jerarquía y mando que en Nervión se lleva echando de menos cinco años.

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