El Sevilla tiene una de las plantillas más altas del campeonato. Iborra, Llorente, Rami y Krychowiak así lo corroboran. El problema de estos jugadores es cuando no les llega ningún balón para cabecear.

Coke y Tremoulinas, los laterales, han sido los encargados de colgar los balones al área. Incomprensible cuando se tiene en el campo a jugadores de la talla de Reyes, Vitolo o Banega, peloteros que tienen un buen golpeo de balón.

Las jugadas a balón parado, esas que tantos goles y gloria le han dado a Emery, no han hecho mella en la defensa atlética. La superioridad aérea del Sevilla era palpable durante toda la primera parte. Sobre todo cuando Llorente recibía de espaldas a la portería ganando casi todas las partidas a la pareja de centrales rojiblanca.

Emery no ha sabido aprovechar esta superioridad y ha perdido la partida y el partido.

La liga no ha hecho más que comenzar pero ya se pueden ver algunos de los fallos del equipo y éste, que podría ser una de las mayores ventajas, se ha convertido esta vez en un hándicap.