Krychowiak dio síntomas de haber perdido su presencia en el campo ante el Celta. El polaco es un pilar del Sevilla desde su desembarco el verano pasado, al ofrecerle a Unai Emery el sostén del equipo como cierre. Además, su juego es contagioso para lo bueno y para lo malo. Si está intenso y agresivo, los compañeros responden con coordinación a la hora de encimar al rival. Si no, produce un pernicioso efecto dominó cuyas consecuencias más negativas se pusieron en evidencia en la nefasta primera mitad ante el Celta, en la que el Sevilla perdió el sitio totalmente.

El polaco está acostumbrado a jugarlo casi todo, pero actualmente lleva un importantísimo cúmulo de minutos en sus piernas. Este lunes recibió la convocatoria de su selección para las próximas citas de octubre, con lo que tampoco podrá parar y a estas alturas de temporada ya lleva mucha carga de partidos. Concretamente, es el único futbolista del Sevilla que ha jugado todos los minutos de los seis partidos oficiales disputados hasta ahora: 120 de la Supercopa de Europa, 360 de los cuatro de Liga y 90 de Champions. Además, su seleccionador tampoco le ha dado ni un refresco en los dos choques oficiales de septiembre, pues jugó los 90 minutos ante Alemania y los 90 ante la débil Gibraltar, a la que golearon los polacos.

Así, Krychowiak acumula 8 partidos y 750 minutos, sin contar los alargues, en apenas 41 días, desde el 11 de agosto al 20 de septiembre. Su ratio de partidos es de uno cada cinco días y de momento no tiene recambio, ni en el Sevilla ni con Polonia. El curso pasado ya fue el que más minutos jugó (4.096 en 48 partidos) e incluso se enfadó cuando Emery le dio descanso como titular ante el Deportivo. Sólo se perdió algunas citas por sanción y lesiones leves. Y lleva el mismo camino, aunque su estado no es el idóneo actualmente.