Lo de Jorge Sampaoli en el Sevilla es para frotarse los ojos. Ese entrenador que llegó con un grandilocuente discurso de amateurismo, de ser protagónico y creativo, rayano en lo fantasioso cuando hablaba de ser recordado por cómo gana su equipo más que por ganar de cualquier forma, lo está haciendo. Aun siendo debutante en Europa, aun habiéndose producido el mayor giro deportivo en el Sevilla en cuanto a la planificación -y eso que ha habido giros-, el entrenador de Casilda tiene a su equipo acechando el liderato de la Liga, a un punto del Real Madrid, y en octavos de la Champions salvo catástrofe. Su Sevilla no sólo tiene ya, cuatro meses después de su llegada a Nervión, una identidad propia, que ha ido evolucionando como consecuencia de la maduración del juego, sino que está en la cima. Y con poca vuelta atrás. Podrá cumplir o no los objetivos al final, pero parece dudoso que su Sevilla pierda la identidad de la que lo ha dotado. Y eso ya es bastante.

No sólo refuerza esta realidad el triunfo sobre el Atlético después de seis largos años de hegemonía sobre el Sevilla del equipo de Diego Pablo Simeone. También lo refrendan un par de hechos incuestionables. Por un lado, el Sevilla, el Sevilla de Sampaoli y de su principal ayudante, Juanma Lillo, acaba de protagonizar el tercer mejor arranque de la historia del club. Sólo lo superan el Sevilla de Emery de la campaña 14-15 y el de Juande de la 06-07. Pero Sampaoli lo ha hecho partiendo de cero. Emery y Juande ya tenían el equipo montado por ellos mismos, pese a los cambios en la plantilla, mucho menores en el manchego que en el guipuzcoano. El de Pedro Muñoz, que había llegado un año antes, sumó tras la novena jornada 21 puntos, gracias a siete triunfos y dos derrotas (19 goles a favor y 10 en contra) y era el líder de la Liga. El de Fuenterrabía, tras año y medio en Sevilla, acumulaba 22 puntos, merced a siete triunfos, un empate y una derrota (17-9) y era segundo. Sampaoli es segundo, con seis triunfos, dos empates y una derrota (17-12). Y su gran mérito es que, a diferencia de sus antecesores, ha tenido que montar un equipo completamente nuevo, en cuanto a piezas, estructura, dibujo táctico y filosofía de juego.

El segundo factor que añade mérito a lo que está consiguiendo Sampaoli, después de haberse derramado ríos de tinta y horas de radio sobre la idoneidad de su fantasioso método, es que lo está logrando mientras disputa la Liga de Campeones. Jamás, y en eso nadie lo supera, ningún entrenador había logrado tantos puntos en la Liga en una temporada de Champions. A saber, en la campaña 07-08, aquella tan convulsa, Manolo Jiménez trataba de levantar a un equipo hundido que a estas alturas de Liga estaba en décima posición, con cuatro victorias, un empate y cuatro derrotas, tras la marcha de Juande Ramos en vísperas de la novena jornada. En la 09-10, Jiménez protagonizó un gran arranque, la tercera mejor hasta ahora, pero no llegaba al puntaje del argentino, por poco: era tercero, con 19 puntos (seis victorias, un empate y dos derrotas), aunque ya tenía al Sevilla en octavos de la Champions. Y en la 15-16, Emery tenía al equipo octavo, con 12 puntos (tres victorias, tres empates y tres derrotas). Yendo muy atrás, por ser pulcros con la historia, en la primera participación del Sevilla en la Copa de Europa, 57-58, el equipo de Satur Grech, sustituto de Helenio Herrera, estaba algo perdido en la Liga: decimotercero (dos victorias, dos empates y cinco derrotas). De hecho, tras eliminar a Benfica y Aarhus, fue relevado por Diego Villalonga.

Después de haber corregido algunos aspectos tácticos, sin desdecirse nunca de su idea inicial, y de haber dado con un once base definido, por fin con la defensa de tres desde la recuperación de Rami, Sampaoli ya tiene al Sevilla que quería. Cierto es que cuenta con una de las mejores plantillas de la historia en cuanto a calidad. Y que en su once base hay varios jugadores de peso que ya estaban en años anteriores y que tienen metido el carácter ganador y competitivo. Entre ellos, la defensa casi entera, Sergio Rico, Mariano, Pareja, Rami, Escudero... Y que varios de esos futbolistas de calidad han crecido en galones: N'Zonzi y Vitolo. Sólo cuatro futbolistas de los once refuerzos están en su actual equipo base: Mercado, Nasri, Franco Vázquez y Vietto. Y quizá se le esté echando en falta en este momento cumbre que haya dejado atrás su plan de rotaciones, por poner una pega. Pero con ese equipo irá a El Molinón, donde la historia vuelve a retarlo. Si logra la victoria, habrá conseguido, ya sin excepciones, el mejor arranque en la Liga de la historia del Sevilla.

Así como suena. De ganar, alcanzaría los 23 puntos. Y a esa cota no pudieron llegar ni Emery, que perdió la siguiente jornada (en San Mamés, 1-0), ni Juande, que empató (en El Sardinero, 0-0). El reto está ahí, a tiro de piedra. Y ya demostró en Leganés que, aparcando la siguiente cita de la Champions, su equipo, lanzado y henchido de moral, puede hacerlo.

Castro defiende su paciencia con Sampaoli, con los pies en el suelo

José Castro estuvo presente este lunes en Valencia en la Gala de LaLiga, evento en el que el Sevilla lució palmito por los éxitos tanto del primer equipo como del filial. A su llegada a la capital levantina, viaje que hizo junto a José María del Nido Carrasco, Diego Martínez, entrenador del Sevilla Atlético, más los jugadores Cotán, Bernardo Cruz y Carrillo, habló de la actualidad de un Sevilla que está en lo alto de la tabla clasificatoria. "Más que estar primeros lo importante es estar ahí con 20 puntos luchando por estar arriba, nuestra ilusión es llegar a la Champions por la Liga. Creo que hicimos un gran partido ante un equipo muy potente que pierde muy poco. Lo importante es sumar puntos para estar arriba, no sé si ganaremos al Barcelona, pero seguro que se lo ponemos difícil porque el Sánchez-Pizjuán aprieta mucho", explicó el dirigente, que defendió la paciencia que tuvo al principio con Jorge Sampaoli, y siguió pidiendo paciencia con su trabajo. "Nosotros hemos estado con Sampaoli y siempre estaremos con él, desde el principio. Lógicamente es un nuevo entrenador con muchos jugadores nuevos y eso requiere de un tiempo, es una máquina por engrasar".